He escrito hace nada una respuesta en un hilo de burbuja.info y no sé si he de publicarla o no. No lo sé.
No queremos escuchar, y entendemos, pero no queremos. Decidimos que no y elegimos el mal. Nos amamos sólo a nosotros mismos y no queremos lo que nos conviene. Es como si llevásemos el mal dentro y fuéramos nuestra propia ruina. No entiendo nada.
Dios es el bien, sólo Él, y sin Él nada somos, ni seremos.
«Comerán del fruto de sus obras, y se hartarán de sus consejos.»
(Proverbios.1,31)
Hilo de burbuja.info. Hay más intervenciones en el hilo.
La respuesta sin publicar a continuación.
Pregunta a católicos: Cómo distinguir una aparición mariana de una demoníaca.
Un forero de burbuja.info – #1. Sábado 16.febr.2019:
El diablo puede adoptar múltiples formas y es extremadamente hábil en el arte del engaño. Por tanto qué le impide hacerse pasar por la Virgen María y confundir a los hombres aprovechando la devoción mariana y la sed de parusía?
Algunos podrían decir que eso depende del análisis y visto bueno de las autoridades eclesiásticas. Pero estas mismas son al mismo tiempo juez y parte porque les interesa avalar dichas apariciones para imponer de algún modo la fe a través de la fuerza de lo milagroso.
Por ultimo Jesús ya dijo todo lo que tenia que decir en vida. No necesita añadir nueva información y menos usando a la Virgen de emisario.
Y tratando de contestar
Jesucristo nos legó su Palabra; es decir, la Palabra de Dios, la Verdad en medio de este mundo de engaño y mentira. Cristo, Él, es la luz en las tinieblas de este mundo, en esta marea negra de pecado («Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recibís,…» (Juan.5,43)). Y Su Palabra es un manual de instrucciones sobre qué debemos creer y hacer para escapar de este Siglo malo, de este mundo cuyo príncipe es Satanás, y que nos tiene narcotizados en un placentero sueño de muerte a través de nuestros sentidos (aquello que perseguimos y que el maligno nos proporciona: a saber, placeres de los sentidos, desear riquezas, soberbia u orgullo de nosotros mismo creyéndonos que somos (buenos, capaces, etc) lo que no somos, …). Cristo ha venido a recuperar lo perdido, es decir, a nosotros, a salvarnos de nuestra situación y de nosotros mismos (nuestras malas decisiones). Pero, ojo que esto es grave e importante: «Cristo no podrá salvarte a ti si tú no quieres salvarte» (San Agustín). Es decir: Dios es Misericordia, pero también es Justicia. No nos puede restituir en su seno si nosotros no pedimos perdón y nos arrepentimos, es decir, si nosotros no restituimos la iniquidad (el mal, el pecado) que hacemos y hemos hecho reconociéndolo y cambiando. Arrepentirse no sólo son las lágrimas, es cambiar.
— «El que escucha mi palabra y cree a Aquel que me envió, tiene vida eterna y no viene a juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.» (Juan.5,24)
Y sí, no somos buenos. No hay más que ver el mundo y lo que en él hacemos. Mira el caso PIZZAGATE, (enlace 2), (enlace 3), por ejemplo. Cualquiera de nosotros, tú, yo, somos capaces de ello por nuestra naturaleza caída y esto es lo que tenemos que entender y aceptar. El bien que pueda haber en nosotros viene de Dios, no de nosotros. Nada bueno hay en nuestra naturaleza caída por el Pecado Original. Estamos caídos en este período de prueba (esta vida es para que nos definamos: o con Dios o contra Él. Y tiene que salir de nosotros)… y estamos aquí junto con los ángeles caídos.
— «Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, ¡a ése lo recibiréis!» (Juan.5,43)
Ha de salir de nosotros el aceptar Su ayuda. Él, Jesucristo, está pendiente y esperándonos a que lo hagamos para venir presto a por nosotros. Es una cuestión de Justicia, ha de ser así. Dios respeta nuestro libre albedrío. Nuestra libertad que es una carga muy seria y peligrosa para nosotros mismos, una gran responsabilidad (nos podemos condenar por nuestras malas decisiones (enlace 1) (enlace 2)) pero así ha de ser. Estamos hechos, en miniatura, a imagen y semejanza de Dios. Así nos ha creado y hemos de tomar nuestras propias decisiones.
Te contesto ahora sobre la Virgen María:
Si Jesucristo confió en los Apóstoles para que éstos nos transmitieran su Palabra, que es la Voluntad de Dios,… ¿Por qué Cristo no iba a confiar a María siempre Virgen nuestra salvación? Es su Madre, Madre del Creador, Madre de nuestro Redentor. No hay criatura más cercana a Dios que María. Su mismo Hijo en la Cruz nos legó a todos nosotros y ante el Apóstol San Juan a María como Madre nuestra. Ella es la intercesora entre Cristo y el hombre; es decir, todos nosotros, la raza humana. Le debemos mucho a María. Una persona de carne y hueso, que nació en este mundo igual que tú y yo, pero con la diferencia de haber nacido sin Pecado Original, sin mancha de culpa.
Nadie más adecuado para trasladarnos la Voluntad de Dios que la Santísima Virgen María. Absolutamente nadie. Una cosa importante. La criatura más odiada por Satanás es precisamente María. Ella es el principal enemigo de Satanás. Nada le humilla tanto a Satanás (Lucifer y Satanás son la misma criatura) que ser vencido por una persona de carne y hueso tan pequeña y humilde como los es la poderosísima Virgen María, que con su sola presencia basta para vencer al Diablo (Satanás) y a todo su ejército. Toda crítica o restar importancia o credibilidad a la Virgen María es obra del demonio (judíos, masones, protestantes, paganos, relativistas, nihilistas, …).
Ahora bien. Cuidado, mucho cuidado con ser ingenuos y creer (entregarnos sin más) en lo primero que se nos pone delante. El demonio es real y es muy astuto. Increíblemente astuto y nosotros somos muy crédulos.
Satanás es increíblemente más fuerte (voluntad) y astuto (inteligencia) que nosotros. El más pequeño de sus demonios es increíblemente más capaz, fuerte e inteligente que el mejor de los humanos. Y son muchos, innumerables. A los masones y gente que hace pactos con ellos los tienen muy engañados (los magos de la televisión por ejemplo, y los brujos, que tratan con demonios de tú a tú, hablan con ellos mentalmente, telepatía, y nos es broma esto. Se hacen con tus emociones y sentimientos y te manipulan desde dentro tuyo como quieren. Por poner un ejemplo, las personas que se suicidan están manipuladas mentalmente. Para que veáis el poder que tienen y pueden tener sobre nosotros estas entidades).
Es muy peligroso hacer Mudras, signos antiquísimos (desde la antigua Sumeria) de invocación con la mano… Sigo, decía, que los demonios les hacen creer a quienes tratan con ellos que si siguen una disciplina de autocontrol mental pueden éstos, los humanos iniciados, controlar a los demonios y sacar provecho de ellos a través de pactos; conseguir dinero, placeres, poder, lo que sea. Los magos que salen en televisión haciendo magia por ejemplo. Estos han pactado con demonios poder hacer esos prodigios que no son trucos de prestidigitación, es magia real, y por hacer esas chorradas (realmente son chucherías sin valor ninguno. La magia es una como la comida basura, la prensa basura, la cultura basura y de consumo rápido. Seduce pero no tiene valor real ninguno)… pues, que se están condenando. El Infierno no es ningún juego. Es muy real. (Enlace 1), (enlace 2).
Los demonios hacen el teatro de que son vencidos y sometidos ante nosotros y es una trampa gigantesca. Ellos sólo quieren nuestra condenación eterna. Únicamente quieren nuestra alma y es más eficiente para ellos darnos lo que buscamos (fama, poder, dinero) y que seamos NOSOTROS MISMOS al tratar con ellos los que por nuestras malas decisiones NOS condenemos.
Cambio de tema.
Las apariciones de Garabandal y Medjugorje son preternaturales. Es decir, son engaños demoníacos (retomo esto un poco más adelante).
La Iglesia Católica está en manos de la masonería eclesiástica desde el Concilio Vaticano II (1962-1965) (enlace 2). Nada de lo que La Gran Ramera (Apocalipsis. Capítulo 17, versículos 1 y 2) (Ramera es mujer infiel. Mujer es sinónimo de corazón, también de Iglesia y ramera hace referencia a ser infiel a su esposo, es decir, a Jesucristo). Nada de lo que salga de la Gran Ramera puede tener credibilidad. Ninguna. Ya no. Desde el Concilio Vaticano II (1962-1965) no.
La Iglesia Católica antes de caer en el nefasto Concilio Vaticano II (1962-1965) era increíblemente prudente y laboriosa al estudiar toda manifestación sobrenatural (del cielo) o preternatural (demoníaca) que se decía ser manifestada en su seno (seno de la Iglesia: una monja, un fraile, unos pastorcillos como en La Salette (1846) Lourdes (1858) o Fátima (1917), etc). La Iglesia Católica anterior al modernista Concilio Vaticano II (1962-1965) ponía muchísimo cuidado, exquisito mimo y cuidado, en discernir si es auténtico o no lo que tienen delante; sabedora del poder y de la astucia de Satanás y sus demonios.
La Iglesia Católica, hoy, desde el francmasón anti-Papa Juan XXIII (1958-1963) está en manos del enemigo. La Iglesia está gobernada por los hijos de Satanás (masonería eclesiástica) (enlace 2) que son aquellos que llevan en la frente (en sus corazones (mentes), en la voluntad de su alma) y en sus manos ( en sus obras. «Obra es aquello que se hace por el hombre, bueno o malo» -San Agustín) el signo del demonio, la marca de la bestia: el 666. El seis es número contrario a Dios. Y tres veces hace referencia a nuestra naturaleza hecha a imagen y semejanza de Dios. Nuestro ser que consta de:
– Corazón (voluntad inferior, material, nuestro sistema sensitivo, donde sentimos, La Eva del Génesis),
– Inteligencia (razonamiento, aquí tomamos nuestras decisiones. El Adán del Génesis),
– y espíritu (el cuerpo mental, nuestro pensamiento, todo nuestro proceso mental, todo junto en un mismo recipiente. Aquí es donde somos influenciados con pensamientos, sentimientos, ideas externas a nosotros malas y buenas. Demoníacas y de nuestro ángel custodio. No es broma esto. Y cuidado, que los demonios tienen poder sobre nosotros por el Pecado Original. Les dimos ese poder. Introdujimos la muerte en el mundo (Adán y Eva)).
— «Y un tercer ángel los siguió diciendo a gran voz: “Si alguno adora a la bestia y a su estatua y recibe su marca en la frente o en la mano, él también beberá del vino del furor de Dios, vino puro, mezclado en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre, en la presencia de los santos ángeles y ante el Cordero. Y el humo de su suplicio sube por siglos de siglos; y no tienen descanso día ni noche los que adoran a la bestia y a su estatua y cuantos aceptan la marca de su nombre”. (Apocalipsis.14,9-11)
No sólo los que adoran a la bestia (judíos, masones, satanistas, seguidores de filosofías esotéricas y paganas, simples perseguidores de riqueza, poder y dinero como los relativistas y los nihilistas, …); no solamente ellos, también aquellos que lo acepten, que no se opongan. Yo qué sé, aquellos que caen seducidos al mensaje del anticristo, o que aceptan por miedo a perder la propia casa, por no tener acceso a la comida, a que hagan daño a tu familia o a ti mismo, no lo sé,… y no se opongan a ser marcados. Va a ser muy duro todo esto. La maldad va a ser terrible.
— » … muchos se dejarán seducir por no haber adorado al verdadero Cristo, que vivía entre ellos.» (La Virgen María en La Salette (1846)
— «Los demonios del aire, con el anticristo, harán grandes prodigios en la Tierra y en los aires, y los hombres se pervertirán más y más.» (La Virgen María en La Salette (1846)
Tenemos muestras de lo que pasó en la Unión Soviética (enlace 2), en regímenes como el de Pol Pot en Camboya, la apisonadora que fue la Revolución Comunista China, lo que es la actual Corea del Norte,… en fin.
— «E hizo poner a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos una marca impresa (1) en la mano derecha o en la frente, a fin de que nadie pudiese comprar ni vender si no estaba marcado con el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí la sabiduría: quien tiene entendimiento calcule la cifra de la bestia. Porque es cifra de hombre: su cifra es seiscientos sesenta y seis». (Apocalipsis.13,15-18)
Nota (1): La imagen deriva del uso de marcar a los esclavos con el nombre de su señor. Los adoradores de la bestia son marcados para que sean reconocidos, y sólo ellos puedan participar en la vida ciudadana. En las persecuciones de Decio y Diocesano se vino a cumplir esto casi al pie de la letra contra los fieles. (Nota de la Biblia Nácar-Colunga; edición de 1944)
Estamos en la recta final de los Últimos Tiempos, de este Siglo Malo. Los Últimos Tiempos, también llamado el Tiempo de Dios, en el que Él, Cristo, ha bajado a nosotros. Es decir, el Tiempo en el que el Reino de Dios se cruza, se mezcla, y está entre los hombres entre la venida de Jesucristo y su Parusía. Este Tiempo es también llamado en las Sagradas Escrituras «este Siglo» como unidad de tiempo. Los términos «día» u «hora«, también como unidades de tiempo, se refieren a la Parusía de Nuestro Señor Jesucristo.
Retomo lo de que las apariciones de Garabandal (enlace 1) (enlace 2) y Medjugorje son preternaturales. Es decir, son engaños demoníacos. Pongo unos ejemplos de las Sagradas Escrituras donde se nos avisa del poder de engaño de Satanás y sus demonios.
— «Estos tales son falsos apóstoles, obreros engañosos que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Nada tiene de extraño, pues también Satanás se disfraza de ángel de luz. No es, pues, mucho que sus ministros se disfracen de ministros de justicia. Su fin será según sus obras.» (2 Corintios.11,13-15)
Nota: Con apóstoles y ministros de justicia San Pablo nos habla de sacerdotes católicos. Ya entonces la gnosis (sus seguidores, la masonería es gnóstica por ejemplo) se infiltraba en la Iglesia para roer desde dentro. Siempre ha sido así, desde el comienzo. La palabra herejía viene de esto. La palabra herejía viene a significar perversión o torcimiento voluntario de la Verdad, de la Doctrina Católica (de cómo se interpreta la Palabra de Dios). Los grandes herejes tipo Arrio, Lutero, etc, casi todos son judíos talmudistas, los mismos que han inventado la masonería y a día de hoy la siguen dirigiendo. Y aquél que no lo fue bebió de la intención y de la doctrina del judaísmo (Talmud, Cábala, satanismo a fin de cuentas) con lo que estos herejes famosos no rendían obediencia a Dios, sino al príncipe de este mundo.
— «Replicó Jesús: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores combatirían a fin de que Yo no fuese entregado a los judíos. Mas ahora mi reino no es de aquí”. (Juan.18,36)
Sobre cómo engaña Satanás y sus ángeles caídos…
— «[…], a recordar que son innumerables los enemigos que se oponen a que consigamos la perfección, los cuáles son incompatiblemente más astutos y fuertes que nosotros y aún logran hacer lo que temía San Pablo: «Se transforman en ángeles de luz, para engañarnos» (2 Corintios.11,14) y con apariencia de que nos están guiando hacia el cielo nos ponen trampas contra nuestra salvación.» («El Combate Espiritual», Capítulo 2, del Padre Lorenzo Scupoli. El libro que más recomendó San Francisco de Sales y que él mismo llevó consigo a todas partes durante 17 años. Decía este santo que cada día leía un capítulo, así durante diecisiete años).
Somos, y de hecho estamos, muy influenciados por entidades demoníacas (potentados de las que nos habla el Magnificat que María recitó improvisadamente en su visitación a su prima Santa Isabel tras su Anunciación, espíritus del aire de los que también la Virgen María nos previene en su mensaje de La Salette (1846), etc). No nos damos cuenta de esta influencia que nos hacen desde fuera en nuestro pensamiento. La palabra pasión significa impresión de fuera a dentro. Una pasión es algo que se nos imprime. No somos nosotros pero lo sentimos y si nos complacemos y aceptamos ese sentimiento o pensamiento lo terminamos haciendo nuestro. Si nos gozamos de ese pensamiento exterior que nos inoculan (se llaman tentaciones); es decir, nos gustamos de él, si lo consentimos y no lo rechazamos lo estamos arraigando en nosotros. Nos hacemos responsables de ese deseo, pensamiento o sentimiento ya que lo consentimos ya sea voluntariamente o por omisión.
Y echan raíces, como quien planta un árbol, y se hacen más fuertes y difíciles de erradicar.
— «Más vale no tirar las primeras bellotas que tener que arrancar la encina de raíz». (De memoria, no recuerdo de quién es la cita, ¿San Agustín?)
Los vicios (malas costumbres) nacen al repetir de manera insistente algo que nos perjudica. No lo hemos ido rechazando en nuestro pensamiento y se ha ido haciendo más fuerte. Mil ejemplos. Desde algo tonto como al pasar cerca de una mujer muy atractiva y al tratar voluntariamente de no mirar a ver qué pasa, puedes notar un tirón para mirarla aunque tú en ese momento no quieras. Esa especie de necesidad de placer, de mirarla, y que cuesta negarse y sujetar el propio impulso que sale de nosotros, es esto mismo. Les damos potestad a estas entidades para que utilicen contra nosotros estas pasiones con fuerza. Un vicio es como una adicción. Si repites y no rechazas un pensamiento negativo termina haciéndose fuerte este deseo o pensamiento, y puede terminar convirtiéndose en una inclinación. La Doctrina Católica a un vicio, mala costumbre que nos vence o adicción arraigada en nosotros lo llama segunda naturaleza.
Otro ejemplo. Las ideas suicidas no son nuestras. A ver, nunca os ha pasado de ir conduciendo y que se te pasa la idea por la cabeza de «¿Qué pasaría si doy un volantazo brusco ahora?» y se nos pasa por la cabeza con carga de deseo (una pasión, una impresión en nosotros); o pensando imaginamos visualmente a nuestra madre o a una hermana y de repente nos hace un quiebro el pensamiento y aparece una imagen sexual y nos quedamos que no sabemos qué ha pasado. Esto es otra pasión, otra impresión de estas potestades en nosotros. Tienen poder, más del que creemos aunque no seamos conscientes de ello.
También tenemos a nuestro cuidado un ángel de verdad, auténtico, bueno, que nos suguiere con buenas inspiraciones. No es ninguna broma que tenemos un ángel custodio cada uno de nosotros. Pero bueno, insisto más en el peligro de nuestra situación, en nuestra debilidad y en lo demonios que tanto daño hacen y que tan poca atención prestamos.
— «Diréis (solamente): Sí, sí; No, no. Todo lo que excede de esto, viene del Maligno.» (Mateo.5,37)
Es decir. Cultiva el silencio interior para poder ver de qué intención son los pensamientos de tu corazón (que ves en tu espíritu, en tu mente). Para así poder rechazarlos si son malos. Desconfía de ti mismo y ten presente sólo podemos confiar en Dios. Porque lo único bueno que hay en nosotros es el mismo Jesús, es su gracia.
— «La sabiduría entra por el amor (el querer hacerlo, el amor es el motor que nos mueve), silencio (silencio interior, calmar la mente, pensar despacio y observándonos) y mortificación (mortificación es negarnos a nosotros mismos. Esos placeres, desde el comer o una cerveza hasta pensar en algo placentero e ilícito como una mujer (esto hace mucho daño a nivel interior y personal, lo utilizan mucho los demonios contra nosotros), o instalarnos en la queja orgullosa y odiar a alguien porque nos ha hecho «algo», etc. Mortificar es negar, es observar y parar, es decir NO. La mortificación exterior (ayunos, etc) ayudan a la mortificación interior: a rechazar toda la podredumbre (pensamiento, etc) que sale de nuestro corazón (de nuestra voluntad) y que vemos en nuestro espíritu (en nuestra mente)). Grande sabiduría es saber callar y no mirar dichos ni dichos ni hechos ni vidas ajenas.» (San Juan de la Cruz, Dichos de Amor y de Luz).
— «Si amas la verdad, sé amante del silencio.» (San Isaac el Sirio)
Se puede decir tranquilamente, aunque no se sospeche, que «el mal se hace pasar por ti para hacerte creer que eres tú lo que ellos hacen de ti». Ese acoso dañoso (acoso demoníaco y mental) es muy importante, hace mucho daño, pero lo es más aún (más importante aún) nuestro propio egoísmo (orgullo) y las decisiones que tomamos. Decisiones son aquello que aceptamos o no, aquello con lo que estamos conforme o no. Ojo, negarse a uno mismo cuesta. Negar nuestra inclinación al placer, al orgullo (honores, etc), a los falsos beneficios del mundo,… cuesta mucho. Cuesta tanto para nosotros que es imposible vencer. No podemos vencer nuestra debilidad. Sólo Dios, Jesucristo, con su gracia en nosotros, lo puede.
— «De lo único que puedo tener absoluta seguridad en cuanto a mí misma, es de mi pavorosa debilidad para pecar y de mi terrible inclinación hacia el mal.» (Santa Ildegarda)
“En verdad, os digo: Un rico difícilmente entrará en el reino de los cielos. Y vuelvo a deciros que más fácil es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios”. Al oír esto, los discípulos se asombraron en gran manera y le dijeron: “¿Quién pues podrá salvarse?” Mas Jesús, fijando los ojos en ellos, les dijo: “Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible”. (Mateo.19.23-26)
Sólo con la ayuda de Jesucristo, su gracia, podremos. Para conseguirla hay que orar y hacer obras, buenas obras. Recomiendo mucho acercarse al Santo Rosario. El auténtico, el tradicional, nada de Misterios Luminosos ni manipulaciones modernistas. El tradicional, el de siempre, el que la Virgen María entregó a Santo Domingo en el Siglo XIII y que desde entonces se reza. Es muy poderoso y beneficioso. No es ninguna broma.
— «Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu, dispuesto (está), mas la carne, es débil”. (Mateo.26,41)
Velad, estad atentos, vigilantes, en guardia, para no entrar en tentación, para no caer persiguiendo los placeres y honores de este mundo y de su plácido sueño de muerte en que nos tiene narcotizados Satanás. Esa falsa paz interior, esa paz del cementerio, de quién no se siente enfermo y no cree necesitar médico. Ese vino del mundo que nos embriaga, ese veneno que nos hace estar satisfechos y querer formar parte de este mundo podrido hasta el tuétano. Es una muy mala señal, señal de enfermedad interior, el estar satisfecho y querer estar integrado y disfrutar de formar parte de este mundo profundamente enfermo.
En las Sagradas Escrituras mundo significa organización del hombre en contra de Dios.
Todo esto es muy grave, es nuestra inclinación al pecado, esa debilidad nuestra con la que el príncipe de este mundo tanto nos ataca. No lo vemos y nos jugamos muchísimo. Lo que viene después de este periodo de prueba que es esta vida es realmente serio.
El demonio trata de engañarnos con que somos poderosos y con que tenemos el control de nosotros mismos y de nuestro destino. Nuestro orgullo es el principal asidero por el que Satanás nos tiene cogidos y engañados, y lo alimenta a cada pensamiento nuestro para que no seamos conscientes de la falsa estimación que hacemos de nosotros mismos. Nos creemos lo que no somos, que podemos lo que no podemos y que tenemos derecho a exigirle a Dios, a Él que nos ha creado, somos obra de Dios, cuando no tenemos ningún derecho de exigirle nada. Su Misericordia, que no la merecemos, nos la da gratuitamente si se la pedimos (con oración, con tratar de seguir sus enseñanzas, con buscarle).
Insisto en que Dios no ha creado el pecado, hemos sido nosotros, Dios nos creó sin pecado. Ni Dios creó el Infierno, fue Satanás (el que antes de su caída y mutación (transformación) era conocido como Lucifer) y sus ángeles caídos quienes crearon el Infierno en su caída, en su negación de la Suma Vida y Bondad que es Dios. El mal no es una fuerza equivalente al bien. No lo es. Éste es otro engaño de la gnosis. El mal no tiene entidad en sí, no tiene entidad propia, no es potencia, no tiene razón de ser. El mal es AUSENCIA DE DIOS (del Bien infinito). Solamente hay una entidad que es Dios, el Bien, y si lo rechazamos, su ausencia, es aquello a lo que llamamos mal. El mal es la nada, es la ausencia de otra cosa.
No os fieis ni un pelo de la falsa doctrina de la gnosis, es demoníaca. No hay Ying y Yang, dos fuerzas equivalentes y contrarias entre el bien y el mal como enseñan en la gnosis y en esa Cábala judía que estudian en esa masonería proveniente del judaísmo. La Cábala es puro satanismo y es la columna vertebral de la masonería, del judaísmo; y persigue lo mismo que persigue la New Age y el esoterismo en general. En fin…
Sólo Cristo salva. Sólo Él.