«Toda obra, es decir, lo hecho por el hombre en esta vida, buena o mala, Dios la ve y no la desprecia ni se olvidará de ella cuando juzgue.» San Agustín. (C de D XX, 3)
» No juzguéis y no seréis juzgados; porque con el juicio con que juzgareis seréis juzgados, y con la medida con que midiereis se os medirá. ¿Cómo ves la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo? ¿O cómo osas decir a tu hermano: Deja que te quite la paja del ojo, teniendo tú una viga en el tuyo? Hipócrita: quita primero la viga de tu ojo y entonces verás de quitar la paja del ojo de tu hermano. No déis las cosas santas a los perros ni arrojéis vuestras perlas a los puercos, no sea que las pisoteen con sus pies y revolviéndose os destrocen.» (Mateo.7, 1-7)
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6,36)
«Juzgar pertenece a Dios. Él ve el corazón humano, el hombre no ve más que la cara.» San Francisco de Sales.
No sabemos cuál es la situación de cada uno para obrar el mal, ni podemos ver dentro de sus corazones para juzgarles. Sólo podemos juzgar lo que vemos, las acciones.
No somos mejores que «ellos», los «malos». Somos más afortunados, creemos en Nuestro Señor Jesucristo y es Él quién marca la diferencia. Él es el bien que hay en nosotros. De nosotros solos, y por nosotros mismos, sólo podemos sacar egoísmo, maldad y pecado.
Así que, cuesta, pero hay que intentarlo:
“Amad a vuestros enemigos, y rogad por los que os persiguen, a fin de que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace levantar su sol sobre malos y buenos, y descender su lluvia sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿Los mismos publicanos no hacen otro tanto? Y si no saludáis mas que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis vosotros de particular? ¿No hacen otro tanto los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”. (Mateo.5, 44-53)
Ama a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a tí mismo. Desea para el prójimo; al hermano, al extranjero, al enemigo; lo mismo que para ti quieres. Pero no por ello dejes de luchar firmemente contra el mal, el abuso y la injusticia, y de denunciarlo. Céntrate en las acciones malvadas, detéstalas y censúralas, pero mirándote a tí mismo y tratando de no condenar al pecador, sino rogando por su arrepentimiento y conversión. No es fácil, no lo es, pero si lo fuese… «⸮qué recompensa tendríamos?».
Hemos de detestar el pecado y compadecer al pecador, porque…
“Comerán del fruto de sus obras, y se hartarán de sus consejos.”
(Proverbios.1,31)
Todos lo haremos el día del Juicio. Según sean nuestras obras así seremos juzgados por ellas mismas. Nuestras acciones en esta vida, especialmente la intención con la que hemos obrado, será lo que hable por nosotros.
Debemos rogar en nuestras oraciones por los más necesitados. Aquellos que más peligro corren de caer en las llamas eternas del infierno.
Oh, Jesús mío,
perdona nuestros pecados,
líbramos del fuego eterno del infierno,
y lleva al cielo a todas las almas (alminhas) [1]
especialmente a las más necesitadas
de tu infinita Misericordia. Amén.
[1] Lucía escribió ‘alminhas’ en portugués, que hace referencia a las ‘almas del Purgatorio’.
Prudente y sagaz
‘Sed prudentes con los hombres‘
«He aquí que yo os envío como ovejas en medio de lobos ; sed, pues, prudentes como serpientes [1] y sencillos como palomas. Guardaos de los hombres, (…).» (Mateo.10, 16-17)
[1] Entre los pueblos de Oriente la serpiente era símbolo de la prudencia y de las ciencias ocultas. Nótese, con S. Gregorio Magno, que el Señor recomienda la unión de la prudencia con la sencillez. Esta para con Dios y aquella para con los hombres, como vemos en el v. 17 y ss. (Nota de la Biblia Straubinger)
«(Sé) Limpio con el limpio, y sagaz con el perverso astuto» (Salmo.17, 27)
23 Tenía ante mis ojos todos sus mandatos | y no rehuía sus leyes.
24 Sino que con Él fui íntegro, | y me guarde de la iniquidad.
25 Y me retribuyó Yave conforme a mi justicia, | y según la limpieza de mis manos [1] a sus ojos.
26 Con el piadoso muéstrate piadoso, | íntegro con el íntegro,
27 Limpio con el limpio, | y sagaz con el perverso astuto.
28 Tú salvas al humilde, | pero humillas al soberbio.
29 Y tú eres quien hace lucir mi lámpara, ¡oh Yave! | Tú, mi Dios, que iluminas mis tinieblas.»
(Salmos.17, 23-29)
[1] Según la limpieza, la rectitud, de la intención de mis obras.
La misericordia (exterior) con el perverso es insensatez. Sólo se le puede ayudar con oración y penitencia en ruego de la gracia de su conversón. Únicamente así. Sólo Dios, y María, pueden concederlo.
SAGAZ: Ladino, astuto y prudente.
LADINO: Aplicábase al romance o castellano antiguo. Que tiene facilidad para hablar lenguas extranjeras (ver la doblez del corazón del perverso). Astuto, sagaz, taimado.
ASTUTO: Agudo, hábil.
PRUDENCIA: Virtud cardinal que consiste en discernir lo bueno de lo malo. Cordura, templanza. Discernimiento, buen juicio.
‘Marca en la mano derecha y en la frente‘ de Ap. 13.
«(…), e hizo que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se les imprimiese una marca en la mano derecha [1] y en la frente [2], y que nadie pudiese comprar o vender, sino el que tuviera la marca, el nombre de la bestia o el número de su nombre.» (Apocalipsis.13, 16-17)
[1] Mano izquierda somos nosotros llevados por el espíritu del demonio de manera inconsciente por no observar la intención de nuestros actos (obras, mano). Es decir, por no velar por los movimientos de nuestro corazón. En cambio mano derecha es ser consciente en el bien que se nos da (gracia de entendimiento), es saber y seguir. Es rechazar al Espíritu santo, es decir, la salvación que se nos ofrece.
[2] Frente es nuestro alma, que es nuestro entendimiento (sabiduría, consciencia) junto con nuestro logos (palabra). Alma y espíritu son cosas distintas.
Un saludo. Cuídense mucho.
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6,36)
«Es una cosa arriesgada y peligrosa que un hombre juzgue a otro; cada uno debe estar atento a abstenerse de este pecado. Porque el que es la Verdad dijo: «Con la medida con la que midáis, seréis medidos». Si eres muy misericordioso, encontrarás gran misericordia; si lo eres poco, encontrarás allí poco; si no tienes misericordia, tampoco la encontrarás allí para ti. Debemos probar y ejercer esta misericordia interiormente, en su voluntad profunda, de tal modo que sientas una compasión profunda y sincera por tu prójimo, siempre que lo veas sufrir, y que le pidas a Dios de todo corazón que le consuele.
Si puedes socorrerlo exteriormente, con algún consejo o algún donativo, con palabras o con obras, lo harás en la medida de lo posible. Si no puedes hacer mucho, haz sin embargo algo, sea una obra de misericordia interior o exterior: dile por lo menos, una buena palabra. De este modo, cumples con lo que le debes, y encontrarás a un Dios misericordioso.
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6,36)»
Juan Taulero. Sermón 1º para el IV domingo después de la Trinidad
Fuente: caminitoespiritual.blog
Añadidos.
(Juan 3, 19-21)
Biblia Nácar-Colunga, ed. 1944
«16 Porque tanto amó Dios al mundo (5), que le dió su Unigénito Hijo, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la vida eterna; 17 pues Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para que juzgue al mundo (6), sino para que el mundo sea salvo por El. 18 El que cree en El no es juzgado; el que no cree, ya está juzgado, porque no creyó en el nombre del Unigénito Hijo de Dios.Unigénito Hijo de Dios. 19 Y el juicio consiste en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas (1) que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo el que obra mal, aborrece la luz, y no viene a la luz, porque sus obras no sean reprendidas. 21 Pero el que obra la verdad, viene a la luz, para que sus obras sean manifiestas, pues están hechas en Dios.» (Juan 3, 19-21)
(5) Estos versículos son reflexiones del evangelista sobre lo dicho por Jesús acerca de la fe en su persona.
(6) Juzgar aquí equivale a condenar, y se opone a salvar.
(1) He aquí explicado el misterio de la incredulidad de tantos hombres. Como sus obras son malas y su alma impura, temen que la luz descubra lo que son.
Notas de la Biblia Straubinger
[10779] 16. “Este versículo, que encierra la revelación más importante de toda la Biblia, debiera ser lo primero que se diese a conocer a los niños y catecúmenos. Más y mejor que cualquier noción abstracta, él contiene en esencia y síntesis tanto el misterio de la Trinidad cuanto el misterio de la Redención” (Mons. Keppler). Dios nos amó primero (1 Jn. 4, 19), y sin que le hubiésemos dado prueba de nuestro amor. “¡Oh, cuán verdadero es el amor de esta Majestad divina que al amarnos no busca sus propios intereses!” (S. Bernardo). Hasta dar su Hijo único en quien tiene todo su amor que es el Espíritu Santo (Mt. 17, 5), para que vivamos por Él (1 Jn. 4, 9).
[10780] 17. Para juzgar al mundo: Véase 5, 22 y nota.
[10781] 19. Este es el juicio de discernimiento entre el que es recto y el que tiene doblez. Jesús será para ellos como una piedra de toque (cf. 7, 17; Lc. 2, 34 s.). La terrible sanción contra los que rechazan la luz será abandonarlos a su ceguera (Mc. 4, 12), para que crean a la mentira y se pierdan. S. Pablo nos revela que esto es lo que ocurrirá cuando aparezca el Anticristo (2 Ts. 2, 9-12). Cf. 5, 43 y nota.
(Juan 7, 16-24)
«16 Y Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado. 17 Quien quiere hacer la voluntad de El (2), conocerá si mi doctrina es de Dios o si es mía. 18 El que de sí mismo habla busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le ha enviado, ése es veraz y no hay en él injusticia. 19 ¿No os dió Moisés la Ley? (3). Y ninguno de vosotros cumple la Ley. ¿Por qué buscáis darme muerte? 20 La muchedumbre respondió: Tú estás poseído del de monio (1), ¿quién busca darte muerte? 21 Respondió Jesús, y les dijo: Una obra he hecho, y todos os maravilláis. 22 Moisés os dió la circuncisión—no que proceda de Moisés, sino de los padres—, y vosotros circuncidáis a un hombre en sábado. 23 Si circuncidáis en sábado, para que no quede incumplida la Ley de Moisés, ¿por qué os irritáis contra mí (2) porque he curado del todo a un hombre en sábado? 24 No juzguéis según las apariencias, juzgad según justicia.» (Juan 7, 16-24)
(1) «Judíos» equivale aquí a los que conspiraban contra Jesús. Es ordinario en San Juan el sentido peyorativo de la palabra.
(2) Las disposiciones morales son fundamentales para entender toda doctrina que se refiera al gobierno de la vida humana, mucho más si esta doctrina es sobrenatural.
(3) La Ley es la expresión de la voluntad de Dios, y vosotros no la guardáis; por eso no entendéis mi doctrina.
(1) Es el demonio quien le sugiere esa manía persecutoria, que le lleva a pensar tales propósitos. Así pensaba la muchedumbe.
(II Tesalonicenses 2, 1-17)
«1 Por lo que hace a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con El, os rogamos, hermanos, 2 que no os turbéis de ligero, perdiendo el buen sentido, y no os alarméis, ni por espíritu ni por discurso, ni por epístola, como si fuera nuestra (1), que digan que el día del Señor es inminente. 3 Que nadie en modo alguno os engañe, porque antes ha de venir la apostasía y ha de manifestarse el hombre de la iniquidad (2), el hijo de la perdición, 4 que se opone y se alza contra todo lo que se dice Dios o es adorado, hasta sentarse en el templo de Dios y proclamarse dios a sí mismo.
5 ¿No recordáis que, estando entre vosotros, ya os decía esto? 6 Y ahora sabéis qué es lo que le contiene, hasta que llegue el tiempo de manifestarse. 7 Porque el misterio de iniquidad está ya en acción, sólo falta que el que le retiene sea apartado. 8 Entonces se manifestará el inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el aliento de su boca, destruyéndole con la manifestación de su venida. 9 La venida del inicuo irá acompañada del poder de Satanás (3), de todo género de milagros, señales y prodigios engañosos, 10 y de seducciones de iniquidad para los destinados a la perdición, por no haber recibido el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por eso Dios les envía un poder engañoso para que crean en la mentira, y sean condenados cuantos, no creyendo en la verdad, se complacen en la iniquidad. 13 Pero nosotros debemos dar incesantes gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, a quienes Dios ha elegido desde el principio para haceros salvos por la santificación del espíritu y la fe verdadera. 14 A ésta precisamente os llamó por medio de nuestra evangelización, para que alcanzaseis la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 16 Manteneos, pues, firmes, y guardad las enseñanzas que recibisteis, ya de palabra, ya por nuestras cartas. 18 El mismo Señor nuestro Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que de gracia os amó y os otorgó una consolación eterna, una buena esperanza, 17 consuele vuestros corazones y los confirme en toda obra y palabra buena.»(II Tesalonicenses 2, 1-17)
(1) Los que vivían inquietos con la inminencia de la parusia debían de alegar profecías antiguas o nuevas, y hasta alguna carta del Apóstol. El procura volverlos al caTiino de la sensatez: no es cierto que sea inminente e! día del Señor, puesto que su hora es un secreto del Padre. Después señala los sucesos que han de preceder a ese día.
(2) Dos cosas precederán a ese día: primero la apostasía, luego la aparición del Anticristo, el hombre del pecado, que se levanta contra toda manifestación religiosa y acaba por declararse a si mismo Dios y reclamar su culto. De estas cosas ya había hablado el Apóstol a sus discípulos. Qué es lo que impide la aparición de ese hombre de pecado, ya lo conocían por las enseñanzas de San Pablo los tesalonicenses; pero nosotros lo ignoramos y no tenemos sobre esto más que conjeturas, entre las cuales la más fundada parece la tomada de Daniel, c. io. Los ángeles de Persia y Grecia luchan entre sí para defender la causa de los pueblos que tienen encomendados. Miguel, uno de los más altos principes y defensor del pueblo de Dios, toma parte en esta contienda en favor del pueblo santo. Según esto, el obstáculo que se opone a la aparición del Anticristo seria este arcángel, principe de los ejércitos celestiales, que velan sobre la Iglesia y la defienden. A pesar de todo, el Anticristo trabaja, y el misterio de iniquidad, o sea las fuerzas del mal, va obrando hasta que le llegue la hora del triunfo momentáneo, que Dios le tiene señalado en su providencia.
(3) La fuerza del Anticristo procederá de Satán, para que con ella haga prodigios engañosos, pero capaces de seducir a los que no acogieron la caridad y la verdad.
(Juan 5, 37-43)
«37… y el Padre que me ha enviado, ése da testimonio de mí. Vosotros no habéis oído jamás su voz, nihabéis visto su semblante, 38 ni tenéis su palabra en vosotros, porque no habéis creído en Aquel que El ha enviado. 39 Escudriñad las Escrituras (1), ya que en ellas creéis tener la vida eterna, pues ellas dan testimonio de mí; 40 y no queréis venir a mí para tener la vida. 41 Yo no recibo gloria de los hombres (2), 42 pero os conozco y sé que no tenéis en vosotros el amor de Dios. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre y vosotros no me recibís; si otro viniere usurpando mi nombre, le recibiríais.» (Juan 5, 37-43)
(4) Es el Padre, con los milagros que ejecuta a favor del Hijo encarnado, y para mostrar la misión divina que le ha dado. La misión de Juan era señalar a Jesús y dirigir hacia El la atención del pueblo.
(1) Eran ésras la norma de vida para Israel; pero todas ellas se ordenan al Mesías, a preparar sus caminos y dar testimonio de El. (2) Los judíos, jactanciosos de ser los únicos que conocen y honran a Dios, acusan a Jesús de este vicio; pero El rechaza esta acusación y la devuelve contra sus acusadores.
¿DE QUÉ HABLARON CAÍN Y ABEL? [1]
DE SI EL MUNDO FUE CREADO POR AMOR O NO…
En (Génesis 4, 7-8), Caín ha sacado a Abel al campo para hablarle a solas y le dice:
– CAÍN – “Veo yo, que el mundo no fue creado por amor ni es gobernado según el fruto de las obras buenas y que hay acepción de personas en el juicio (del Creador). ¿Por qué tu ofrenda ha sido aceptada con beneplácito y mi ofrenda no?”
– ABEL respondió diciendo a Caín: “Yo veo que el mundo ha sido creado por amor y que es dirigido según el fruto de las obras buenas y por cuanto mis obras fueron mejores que las tuyas, mi ofrenda fue aceptada con beneplácito”
– RESPONDIO CAÍN a Abel diciendo: “No existe juicio y no existe juez y no hay otro mundo y no hay recompensa para los justos y no hay castigos de los malvados”.
– ABEL replicó a Caín diciendo: “Hay juicio y hay juez y hay otro mundo y hay concesión de recompensa para los justos y hay castigo de los malvados en el mundo venidero.
Sobre tal tema estaban disputando en campo abierto, cuando se levantó Caín contra su hermano Abel y lo mató” [Tomado de: Targum Neofiti I: Genesis 4,8]
LA ANTIGUA FUENTE DE ESTE DIÁLOGO
El targum Neofiti, es una traducción del texto hebreo De Génesis 4, 8. Es la traducción que se brindaba en las Sinagogas de Galilea tras la lectura del texto hebreo, en atención al pueblo sencillo que ya no entendía hebreo. La pudieron oir la Sagrada familia en Nazaret o los Apóstoles en Betsaida y Cafarnaúm.
Ya no existe el texto hebreo del que se hizo esta traducción. El traductor no se permitiría así no más ser infiel a lo que traducía. El texto hebreo del que disponemos hoy ya no presenta este diálogo que estoy ofreciendo ahora.
REFLEXIONES
1) El Génesis no pretende tanto enseñarnos cómo fué sacado el mundo de la nada, sino que fue hecho por amor y como expresión de Amor. El Creador no es, como dicen los cainitas, El Supremo Arquitecto. Es, como dicen los abelitas, El Padre que hospeda a sus hijos por amor.
2) Abel fue ingenuo y cometió varios errores:
a) Creyó que se podía ser sincero y hablar con un perverso. Sostener la verdad y que eso se podía hacer a solas, sin testigos
c) Desde entonces la humanidad se divide entre Cainitas y Abelitas. Serpientes y palomas.
d) El Señor aconseja ser mansos como las palomas (Mateo.10, 16) pero a la vez sagaces como Él lo es con la serpiente astuta (Salmo 17, 26-27).
e) No puede dar frutos buenos el árbol malo (Mateo 7, 18-20).
f) Misericordia (externa) con el perverso es insensatez. Sólo se le puede ayudar con oración y penitencia en ruego de la gracia de su conversón. Únicamente así. Sólo Dios, y María, pueden concederlo.
BIBLIOGRAFÍA
El “Targum Neophyti I”, que contiene todo el Pentateuco fue publicado en cinco tomos por el P. Alejandro Díez Macho en colección del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid-Barcelona 1968-1978. Tomo I. Véase también, del mismo autor: “El Targum. Introducción a las traducciones arameas de la Biblia” en la misma editorial 1972.
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¿POR QUÉ NO FUE GRATA AL SEÑOR LA OFRENDA DE CAÍN? [2]
PORQUE CAÍN NO BUSCABA CON SU OFRENDA SIMPLEMENTE AGRADECER Y GRATIFICAR A DIOS COMO ERA LA INTENCIÓN DE ABEL
Este relato pone de relieve las consecuencias de considerar el mundo como obra del amor, o de negar que tenga que ver con el amor como motivo y razón de ser.
Lo traigo a colación porque, como se verá, tiene relación directa con el misterio del cainismo y del abelismo en la historia humana. La humanidad – nos enseña el pasaje bíblico – se divide en cainitas y abelitas.
“Amor sólo con amor se paga“
Si Caín niega que el mundo sea obra de amor de Dios, no puede amar a Dios. (Véase la entrada [1]). Pero tampoco puede agradar a Dios con ninguna ofrenda ya que no puede ofecer nada grato a Dios que no vaya salado con la sal de la Alianza (Levítico 2,13). La Alianza es un pacto de amor y lo que le da el sabor que agrada es el amor con el que se sella.
Para Caín Dios es el Supremo Arquitecto. No convive con el hombre en la creación ni, menos, puede ser el Padre.
Ni las buenas o malas obras del ser humano le afectan ni para bien ni para mal. Tampoco le afectan la indiferencia, la ingratitud, la tibieza ni siquiera el odio mismo.
En el texto del Génesis que relata el diálogo de Caín y Abel que se lee actualmente, este relato ha desaparecido. Sólo se conserva en la traducción aramea de los tiempos de Jesucristo.
También en (Génesis 1, 2) según el actual texto masorético, ha desaparecido el carácter amoroso que tiene el Espíritu de Dios que inspira la obra creadora y sobrevuela las aguas. En la traducción aramea, por el contrario, se lee que “un Espíritu de amor de delante de YYY soplaba sobre la faz de las aguas” (Génesis 1, 2). Panim significa superficie pero también rostro de las aguas. Esto sugiere una cierta personificación de este elemento.
La expresión evoca el soplo de Dios sobre la faz o el rostro del ser humano recién amasado de la tierra (Génesis 2,7).
Uno puede preguntarse ¿Por qué razón omitir mencionar el amor divino? ¿Acaso existía en los textos hebreos antiguos y fué censurado después?
Ciertamente ya en el Levítico (masorético) encontramos la tradición de la necesidad del amor en la ofrenda (Lev, 2, 13). O en el primer mandamiento del Decálogo como obligación derivada de la Alianza para el miembro del pueblo elegido. Ya sea que se omitiera intencionalmente o por mero descuido con algo tan importante como es el amor… ¿no es algo hiriente en las relaciones de amor?
Pero agreguemos otra consideración
Si Caín hubiese ofrecido su ofrenda con la intención (amorosa) de agradar a Dios, Caín hubiese sido capaz de alegrarse con el agrado de Dios por la ofrenda amorosa de su hermano.
La acedia de Caín denota que su ofrenda no iba dirigida a complacer a Dios. Fue incapaz de alegrarse con la satisfacción divina por la ofrenda de su hermano Abel.
¿Qué otros móviles pudo tener Caín que no agradaron al Señor? ¿Iba acaso su ofrenca dirigida a “forzar” a Dios, o a “coaccionarlo”? Es decir, ¿dirigida a conseguir algo de Dios, en vez de reconocer lo ya recibido como un don del amor divino?
Ese corazón sin amor a Dios se traiciona en el discurso cainita.
Por el contrario, Dios declara explícitamente: “Amor quiero y no sacrificios” dice el Señor (ki jésed jafátsti welô_závaj: Oseas 6, 6 retomado por Mateo 9, 13). Y es lo que reprocha Jesucristo, el Hijo, a los sacrificios en el Templo de Jerusalén, Casa de su Padre.
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