Diciembre 5, 2018. ( forocatolico.wordpress.com).
El propósito principal que nos ha llevado es exponer esta enseñanza de la doctrina sobre el Limbo, aun no siendo un dogma formal de la Iglesia, es el de aportar más elementos, para fundamentar nuestra fe católica, ya que siempre, nos encontramos, con los enemigos de la Iglesia, buscando de un modo y de otro, desvirtuar las enseñanzas cristianas.
Y en esto de atacar y desvirtuar en mucho o en algo a la doctrina católica, van muy de la mano, la acción y la supuesta reacción, la acción con la secta postconciliar modernista-masónica-protestante, con cientos de herejías, y por otro lado, como reacción controlada están los lefebvrianos acuerdistas (la fraternidad S. Pío X y los mitigados con JC Ceriani a la cabeza), atacando heréticamente el dogma de la infalibilidad pontificia, para justificar su errónea y herética posición de un papa hereje, y en el lado contrario tomando una supuesta ortodoxia católica están los dimonianos incongruentes y contradictorios (porque por un lado atacan al modernismo y su jerarquía y por otro lado asisten a los oficios litúrgicos con esos ministros modernistas que atacan), quienes por defender una errónea y maliciosa interpretación del dogma de que fuera de la Iglesia no hay salvación y poniéndose contra todos los teólogos, papas y manuales eclesiásticos han llegado a clausurar dentro de la doctrina cristiana los bautismos de “deseo” y de “sangre”, los cuales no son más que el deseo del mismo Santo Bautismo.
Por el lado de la secta postconciliar modernista-masónica-protestante, que ha promulgado un sin número de herejías, siendo la herejía fundamental y base todas las negaciones y clausuras, que ha eliminado de la doctrina cristiana el infierno, el purgatorio y el limbo, ésta es la herejía la “Justificación universal Incondicional” tan maléficamente difundida por el Vaticano II en la constitución Nostra Aetate, y en el documento Gaudium et Spes (n. 22 al 24), ambos suscritos por Marcel Lefebvre. Igualmente la Redemptor Hominis y la fides et ratio de Juan Pablo II, que nos dice que el hombre es salvo por la muerte de Cristo en la Cruz y ya no necesita por este mismo hecho ni fe ni obras para salvarse; con esto, nos dicen, que el ateo, el protestante, el budista, el luciferino, etc. son salvos puesto que no se requiere fe para salvarse, y también los multiasesinos, los violadores, los secuestradores, los narcotraficantes, los abortistas y otros están salvos ya que no se requieren buenas obras, puesto que Cristo murió por nosotros y nos rescató a todos en la Cruz.
Según esta doctrina todos estamos ya en el cielo después de la muerte, entonces ¿para qué preocuparnos y ocuparnos del alma y de ofender a Dios?… de todos modos nos dirá la secta postconciliar ya todos somos santos y tenemos asegurada la gloria.
Claro está que no nos dicen qué gloria; si la gloria cristiana con la Visión Beatífica o el mortalismo o nihilismo judío que esté implícito en las ceremonias fúnebres de la liturgia modernista.
En el documento “La esperanza de salvación para los niños que mueren sin haber sido bautizados”, cuya publicación fue aprobada por Benedicto XVI, la Comisión concluye que “el destino de los niños que mueren sin haber recibido el bautismo es el Cielo”.
La secta postconciliar ha clausurado el Limbo de los niños, en el documento “La esperanza de salvación para los niños que mueren sin Bautismo” del 19 de Abril del 2007 (núm. 26, 40, 70) basándose primero en que el limbo nunca fue declarado como dogma de fe, ni como algo definitivo; y en segundo lugar tomando como base el “magisterio” postconciliar de la Gaudium et Spes n. 22 del Vaticano II, que en enseña la aberrante herejía de la Justificación Universal Incondicional, que dice que
“Cristo ha asociado a su misterio pascual a todos los hombres. Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual” (Gaudium et spes n. 22).
Ahora veamos la verdadera enseñanza de la Iglesia sobre le Limbo:
La Teología Cristiana, en el caso de los niños que mueren sin bautismo, conforme con la doctrina de la Revelación, enseña que tales almas obtienen una felicidad natural en el Limbo de los niños. La razón es ésta:
Careciendo de la vida sobrenatural de la Gracia, no pueden ciertamente llegar a la posesión del cielo. Pero por otra parte no han contraído mancha alguna personal. Quedan entonces en el plano del orden natural; y en este orden les corresponde la felicidad natural, para la cual no han puesto obstáculo alguno.
Los niños que mueren sin bautizarse antes de que hayan llegado al uso de razón, esto es, antes de poder hacer un acto de fe sobrenatural y de verdadero amor o contrición, no pueden alcanzar la Visión Beatífica, o sea, el ver a Dios cara a cara con toda su magnificencia que es consecuencia de la gracia santificante, y así como esos niños nunca han recibido ni nunca poseyeron gracia santificante, tampoco alcanzarán la Visión de Dios.
No puede decirse que Dios sea injusto hacia ellos, pues el cielo es algo absolutamente gratuito, y Dios no esté obligado a concedernos esos dones gratuitos. Los niños que no han recibido el bautismo, al morir son llevados al Limbo, un lugar de felicidad natural, pero en este lugar ellos no verán a Dios cara a cara.
En el Limbo ellos conocerán a Dios del mismo modo en que el hombre conoce a Dios naturalmente en la tierra poseyendo el conocimiento natural de la razón, y con un amor natural estando libres de toda clase de sufrimientos. La presencia de Cristo Glorioso en el Juicio Final no cambiará el destino de estos niños. Esto es lo que dice Santo Tomás. Ya que si estuvieran presentes, no sabrán de lo que se trata, puesto que a ellos les falta la virtud infundida de la fe, condición indispensable de conocer los misterios sobrenaturales como la Visión Beatífica.
Y aun así, si ellos de algún modo entendiesen, nunca se entristecerían porque se darán cuenta que estando sin gracia santificante nunca fueron destinados a presenciar la Visión de Dios.
Ahora vamos a exponer la doctrina del Magisterio de la Iglesia sobre le Limbo.
El Catecismo Romano en la pág. 377, nos dice, que
todo niño que muere sin el bautismo y sin el martirio, no siendo capaz -por carecer del uso de la razón- de hacer el voto del bautismo, muere con el pecado original y es excluido del Reino de los cielos y recibido en el limbo.
El Catecismo Católico del Cardenal Gasparri en la pág. 135, escribe:
el alma de los que mueren sin bautismo con el sólo pecado original, carece de la visión beatífica de Dios, a causa del pecado original, pero no sufrirá las otras penas con que son castigados los pecados personales.
El Papa Inocencio III (1198-1216) dice en su Carta MAIORES ECCLESIAE CAUSA a Imberto, arzobispo de Arlés:
El (pecado) original que se contrae sin consentimiento, sin consentimiento se perdona en virtud del Sacramento del Bautismo; el pecado actual, empero, que con consentimiento se contrae, sin consentimiento no se perdona en manera alguna… La pena del pecado original es la carencia de la Visión de Dios; la pena del pecado actual es el tormento del infierno eterno…
Pío VI salió a la defensa de esta doctrina frente a la interpretación pelagiana de los jansenistas, que falsamente querían explicarlo como un estado intermedio entre la condenación y el reino de Dios. DZ. 1526.
San Agustín y muchos padres latinos opinan que los niños que mueren en pecado original tienen que soportar también una pena de sentido aunque muy benigna (mitissima omnium poena. Ench. 93), los padres griegos (v.g. San Gregorio Nacianceno, Or. 40, 23), y la mayoría de los teólogos escolásticos enseñan que no sufren más que la pena de daño.
En el Denzinger encontramos la condenación de la doctrina de los armenios que negaba que los niños estuvieran manchados por el pecado original y aseguraba que Cristo padeció y murió por la salvación de los niños que nacieron después de su Pasión, pues por esta Pasión destruyó totalmente el infierno. Por lo cual muriendo sin pecado actual iban al Cielo (Precisamente está es la doctrina herética de la secta postconciliar para clausurar el limbo).
Ya con esto, nos podemos dar una idea clara y exacta sobre lo que es el limbo para los católicos, es decir: es el lugar donde van los niños que han muerto sin el bautismo, no sufren la pena del fuego, pero no ven a Dios, es un lugar diverso de los demás condenados, no es verdad que allí odien y blasfemen actualmente a Dios por razón de la voluntad habitual dominante.
La secta postconciliar que ha clausurado el limbo con el documento “La esperanza de salvación de los niños no bautizados” avalada Ratzinger Tauber, y cuyos fundamentos los toma de la declaraciones y enseñanzas del Vaticano II, que abierta y descaradamente se oponen a la enseñanzas del Magisterio anterior a este Concilio, pero esto no sido notado por los fieles católicos que en muchos de los casos por una extrema y lamentable ignorancia de la Doctrina de la Iglesia.
La secta postconciliar ha negado la existencia del limbo, que siempre fue enseñada a través de la historia de la Iglesia, y al negarlo ataca el Sacramento del Bautismo, y en cierto modo despenaliza el aborto y ataca a la vida humana, que tanto se ufana de defender.
1. Ataca el Sacramento del Bautismo, porque si ya no existe el limbo en el que los niños son privados de la visión beatífica, ya que como dijo J. Pablo II “la Iglesia no puede sino entregarlos a la gran misericordia de Dios quien quiere que todos los hombres sean salvados”, entonces ya da lo mismo que un niño sea bautizado o que no sea. (debido a la enseñanza de la justificación universal incondicional). Como el limbo ha sido “clausurado”, entonces todos los niños que mueren aun si bautismo, se han de ir al cielo como sostuvo el jesuita Luis Laderia, que fue el secretario de esa comisión teológica, “todos nosotros alentamos esperanzas de que todos los bebés vayan al cielo”, la gente o el pueblo con esta creencia dejará de preocuparse por bautizar a sus hijos.
2. Esta doctrina, en cierto modo despenaliza el aborto, pues la mujer que se practique un aborto, ya sabe que su hijo asesinado, irá al cielo de todas maneras y pensará que le esta haciendo un favor, si de por sí el aborto está despenalizado en muchas naciones, con estas enseñanzas, se aumentarán pavorosamente más estos crímenes contra seres inocentes, claro que con la venia de la secta.
Reconocemos que el limbo no es un dogma, pero es una verdad católica, que sin ser dogma, así como los bautismos de deseo y sangre, no se pueden negar tan fácilmente, por las consecuencias que trae consigo.
Además nos preguntamos, ¿No son nada las opiniones de los Santos Doctores, como San Agustín, Santo Tomás, la voz de los Papas que han defendido esta doctrina en contra de herejes como los pelagianos, los jansenistas, o los cismáticos armenios?
Que después de tanto tiempo vengan los Wojtyla Katz y Ratzinger Tauber a poner en duda esta creencia católica, ¿Qué acaso se habrá equivocado la Iglesia durante tanto tiempo sin darse cuenta de este error? Claro que no, es la secta modernista y sus usurpadores que en nombre de la Iglesia enseñan estas aberraciones.
Espero en Dios se reflexione sobre lo expuesto, con el fin de convencernos que aquellos que enseñan el error, no puedan ser llamados católicos, llámense modernistas, lefebvrianos o dimonianos, puesto que el error y la verdad nunca pueden ser iguales.
Artículo extraído de forocatolico.wordpress.com.
Sección comentarios
Copio y pego algunos comentarios de este mismo artículo de forocatolico.wordpress.com:
Catalina Lara permalinkfebrero 3, 2012 2:55 pmNo sé cómo hacer compaginar lo que dice aquí y lo que leí en http://sursumcordablog.blogspot.com/2012/01/el-limbo-un-lugar-inexistente.html
Los dos artículos usan fuentes similares y citan los mismos autores pero dicen cosas contrarias. ¿Me pueden decir su opinión, por favor? Gracias.
Logan permalinkfebrero 3, 2012 6:20 pmCatalina
Si lees bien el artículo presentado por nuestro compañero Raúl Miguel, advertirás lo sinuoso y relativista de la fuente.
El lefebvriano converso “sedevacantista” Anthony Cekada quien “casi-niega”, la “casi-herejía”, del “casi-error”, “casi-inadvertido”, del “casi-pelagianismo” como origen doctrinal del Limbo…
Los lefebvrianos y ex lefebvrianos son reconocidos como pésimos teólogos, en asuntos básicos y de medio nivel, incluso. Ahí está el caso de Cekada, el de los Cerianis, los Calderón y otros.
Cekada primero no afirma, sino “casi-afirma” que es una doctrina errónea la del Limbo, la cual es sostenida por muchos teólogos santos (San Agustín entre estos, a quien Cekada acusa de “casi hereje”) como parte del Dogma de el Descenso de Jesús a los Infiernos.
En síntesis el Limbo es aquel infierno al que van los inocentes que no pueden entrar al Cielo por estar impedidos por el pecado original, pero diferente del infierno del Purgatorio al que van los fieles bautizados, por deseo o por el agua y quienes finalmente gozarán de la Gloria Celestial.
También es diferente de quienes van a sufrir penas y tormentos eternos por SUS PECADOS, al INFIERNO DE SATANÁS.
Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum
A Te nunquam separari permittas permalinkoctubre 27, 2015 7:56 pmLogan:
Sólo avalar, con otros dos documentos del Magisterio Pontificio, lo que afirmas en tus dos últimos párrafos porque no los veo citados en el artículo de entrada de esta página.
Profesión de fe propuesta el año 1267 por Clemente IV a Miguel
Paleólogo [Bar(Th) ad 1267, 72-811 y por éste presentada a
Gregorio X en el II Concilio de Lyón, así como por Urbano
VI el 1 ag. 1385 a los griegos ortodoxos que volvían
nuevamente a la Iglesia.. (Denzinger, 464):«…Las almas, empero, de aquellos que mueren en pecado mortal o con
solo el original, descienden inmediatamente al infierno, para ser castigadas,
aunque con penas desiguales».Eugenio IV, 1431-1447. De la Bula “Laetentur coeli”, de 6 de julio de 1439 (Denzinger, 693):
«…Pero las almas de aquellos que mueren en
pecado mortal actual o con solo el original, bajan inmediatamente al infierno,
para ser castigadas, si bien con penas diferentes».Sancta Maria, Mater Dei, ¡ora pro nobis peccatoribus!
Catalina Lara permalinkfebrero 4, 2012 2:57 amEs cierto. Lo que no me quedó claro al final fue qué postura tenía San Agustín al respecto del limbo y a qué se refiere con la cita de que en la casa del Padre no hay varias moradas (¿o sea que solo hay cielo o solo infierno?) porque entonces ¿dónde queda el purgatorio?
Por cierto, ¿el purgatorio, a diferencia del limbo, sí es dogma de fe?
febrero 4, 2012 9:32 amInfierno proviene de inferior.
De ahí que todos los estados (ya que no son propiamente lugares) inferiores al Cielo se les llama infiernos.
El infierno del purgatorio sí es dogma de Fe.
Donato permalinkjulio 27, 2012 5:28 pm@ALICIA:
Es un error decir que el cielo y los infiernos (limbo, purgatorio e infierno) son sólo estados. Recuerdo que Wojtyla Katz una vez dijo que el infierno es un estado, pero más que eso, yo diría que es propiamente un lugar, pues en él se encontrarán los cuerpos de los condenados, asi como en el cielo estarán los cuerpos de los bienaventurados.
Si me equivoco corrijanme, por favor.julio 28, 2012 12:37 amTiene razón Donato.
El Padre Faría en el Curso Superior de Religión nos dice:
“El infierno es un lugar de tormentos, donde sufrirán eternos suplicios los que mueren en pecado mortal.
Respecto al infierno son verdades de fe:
1) que existe
2) que hay en él pena de fuego;
3) que sus tormentos son eternos; y
4) que van a él los que mueren en pecado mortal.Eso consta por muchas y muy claras palabras de la Escritura. Ella llama al infierno “lugar de tormentos“, (S.Luc.16,28) “suplicio eterno”, (S.Mt.25,46) “fuego inextinguible“, (S.Mc.9,42). Y Dios dirá a los réprobos: Apartaos de Mí malditos al fuego eterno que está preparado para el demonio y sus ángeles. (S.Mt.25,41)”
Le agradezco mucho la corrección.
Alba permalinkagosto 1, 2012 12:39 amYo no estoy de acuerdo, pienso que los bebes no nacidos muertos (abortos espontáneos) no tienen que estar excluidos del pueblo de Dios en la Iglesia triunfante, si fueron concebidos por padres católicos practicantes que los amaban y esperaban. Y éstos bebés no se pueden bautizar, por mucho que una madre lo desee y se preocupe por su vida eterna.
El Papa Benedicto y SS Juan Pablo, han sido sabios en retomar este tema y darle un matiz misericordioso como es los natural en nuestra santa Madre Iglesia como de nuestro Redentor Jesucristo.
agosto 1, 2012 2:03 amAlba:
Te equivocas. Una madre puede hacer (o bautizar ella misma en caso de extrema necesidad) bautizar a su hijo abortado espontáneamente bajo condición. Esto es, antes de impartir el Sacramento se dicen las palabras: “Si eres capaz…..(nombre) yo te bautizo en el nombre del Padre, Y del Hijo, Y del Espíritu Santo.Wojtyla y Ratzinger niegan el limbo para que crédulos como tú acepten que la Salvación se puede alcanzar sin el Bautismo. Lo cual es una HEREJÍA.
agosto 1, 2012 5:27 pm@ Alba. Alicia tiene razón. Sin Bautismo no hay Gloria Celestial.
jesus maria permalinkjulio 1, 2016 6:41 pmno es verdad, puede habrela sin bautismo sacramental
julio 4, 2016 7:50 amPero no sin Bautismo, o al menos el deseo de éste.
Jesús Feo Francisco permalinkenero 11, 2014 11:58 pmDios nos da la vida y la felicidad plena porque es justo y amoroso. La felicidad plena de un inocente no depende de un ritual.
Jesucristo dijo que el que no vuelve a nacer, el que no vuelve a ser niño no entrará al Reino de los cielos, es decir que todos los niños (santos inocentes) van al cielo. Jesucristo dijo que hay que nacer espiritualmente para entrar al Reino de los cielos, eso es el Bautismo, nacer espiritualmente, más que un ritual.
enero 12, 2014 11:24 amJesús.
Jesús instituyó el Sacramento del Bautismo, el cual es necesario para la salvación a partir de entonces. De eso no hay duda.
Pero tampoco hay duda que algunos católicos entraron a la Iglesia antes del Bautismo sacramental, por lo que la Iglesia ha denominado el deseo de ser católico al momento de morir.
Tenemos a los patriarcas, desde el propio San Adán, San Noé, San Abraham, todos ellos católicos. También están los santos profetas; San Daniel, San Zacarías, Santo Rey David, quienes también son católicos. Católicos igualmente son Santa Ana, San Joaquín, Santa Isabel, San Juan Bautista, San José… y católica en el grado más santo posible, la Santísima Virgen María.
Ninguno de ellos fue bautizado con agua, pero sí desearon ser cristianos y así recibieron de Dios la justificación. A ese deseo es al que la Iglesia denomina Bautismo, de deseo.
Unidad en la Fe
Jesús Feo Francisco permalinkenero 15, 2014 11:31 amDios puede dar la gracia del bautismo cuando su administración sea imposible, en el caso de los niños ellos no son responsables. Dios es amor, él desea todo el bien para todos los santos inocentes. El verdadero cristiano siente ese amor de Dios y sabe que es así.
enero 15, 2014 11:50 amJesús.
Lo que enseña la Iglesia no es eso.
La Iglesia sólo enseña sobre el Bautismo de Deseo en aquellas personas que murieron deseando ser cristianas.
Para los niños que murieron sin conciencia del cristianismo, se considera probable la doctrina del Limbo.
Unidad en la Verdad.
Jesús Feo Francisco permalinkenero 15, 2014 12:04 pmLo que nos enseña Jesús y su Iglesia es que el principio y fin de toda su doctrina es el amor.
Jesús es el único Maestro de la verdad que guía el camino y la vida de los verdaderos cristianos, sólo a Él debemos atender.
enero 15, 2014 12:15 pmJesús.
Pero el Amor en la Verdad, no en la Mentira ni en la Permisividad.
Eso que dices no lo enseñó Cristo, ni la Iglesia que es la verdadera depositaria de la Doctrina Cristiana.
Unidad en la Verdad
comment permalinkoctubre 31, 2014 2:15 pmEl limbo tiene sentido hasta el día del Juicio Final. Es de fe, son las mismas palabras del Hijo de Dios que lo dicen, que después del Juicio Final no hay más que el cielo o infierno. Por lo tanto, el limbo debe desaparecer, y es entonces cuando los niños entrarán al Reino de los Cielos. Eso no contradice ningún dato de la fe revelada.
Afirmar en cambio que el limbo es eterno, es equivalente a decir una herejía.noviembre 1, 2014 4:47 pmNo te confundas. El Limbo es un infierno, así como lo era el Seno de Abraham.
Unidad en la Verdad
Artículo extraído de forocatolico.wordpress.com.
Un saludo.