ISAÍAS 53
Biblia Nácar-Colunga. Edición de 1944.
“1 ¿Quién creerá lo que hemos oído? ¿A quién fué revelado el brazo de Yave? 2 Sube ante él como un retoño, como retoño de raíz en tierra árida. No hay en él parecer, no hay hermosura que atraiga las miradas, no hay en él belleza que agrade. 3 Despreciado, desecho de los hombres, varón de dolores, conocedor de todos los quebrantos, ante quien se vuelve el rostro, menospreciado, estimado en nada; 4 pero fué él, ciertamente, quien tomó sobre sí nuestras enfermedades y cargó con nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por castigado y herido por Dios y humillado. 5 Fué traspasado por nuestras iniquidades, y molido por nuestros pecados. El castigo salvador pesó sobre él, y en sus llagas hemos sido curados. 6 Todos nosotros andábamos errantes, como ovejas, siguiendo cada uno su camino, y Yave cargó sobre él la iniquidad de todos nosotros. 7 Maltratado y afligido, no abrió la boca, como cordero llevado al matadero, como oveja muda ante los trasquiladores. 8 Fué arrebatado por un juicio inicuo, sin que nadie defendiera su causa, cuando era arrancado de la tierra de los vivientes y muerto por las iniquidades de su pueblo. 9 Dispuesta estaba entre los impíos su sepultura, y fué en la muerte igualado a los malhechores; a pesar de no haber en él maldad, ni haber mentira en su boca, 10 quiso quebrantarle Yave con padecimientos. Ofreciendo su vida en sacrificio por el pecado, tendrá posteridad. Y vivirá largos años, y en sus manos prosperará la obra de Yave. 11 Librado de los tormentos de su alma, verá, y lo que verá colmará sus deseos. El justo, mi siervo, justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos. 12 Por eso yo le daré por parte suya muchedumbres, y recibirá muchedumbres por botín; por haberse entregado a la muerte, y haber sido contado entre los pecadores, cuando llevaba sobre sí los pecados de todos e intercedía por los pecadores.” – Isaías 53, 1-12. (Página 627).
«No podemos fijar con certeza el tiempo del comienzo ni del fin de su ministerio (del profeta Isaías). Sólo podemos asegurar que empezó antes del 734 (a. de C.), año de la guerra siroefraimita contra Ajaz (Isaías 7, 1). La tradición judía asegura que (el profeta Isaías) murió asesinado por el rey Manases, bien entrado yá el siglo VIII (a. de C.), y, por consiguiente, cuando el profeta era ya muy anciano.» Biblia Nácar-Colunga. Edición de 1944. (Página.589).
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