¿Qué es el alma?

11 de diciembre de 2023

La infancia es la etapa de nuestra vida donde Dios está más presente en nosotros. En la infancia estamos muy acompañados por Dios, o expresado en la jerga de la gente de la masonería, tenemos mucha «carga energética» del Espíritu Santo en nosotros. Es decir, mucho acompañamiento de Su presencia habitando en nosotros. El Espíritu de Dios mezclado y solapado con el nuestro, dos espíritus juntos, y que vamos perdiendo esa cercanía con los años. Vamos perdiendo la inocencia.

Alma

Al Espíritu de Dios cuando está en nosotros se le llama alma. Y nuestro alma no somos nosotros sino que es otro, es Dios, su espíritu, en nosotros, acompañándonos junto a nuestro propio espíritu, junto a nuestra mente, porque espíritu significa mente, que tiene voluntad (identidad, ser), piensa, entiende y siente.

A las personas que van al Cielo se les llama almas. Y a las personas que se condenan no se les llama almas porque la han perdido. Condenarse consiste en perder la compañía de Dios junto a nosotros, el creador de la Vida porque Él mismo es la Vida en sí. No sé si me explico. La Vida en sí es Dios en sí mismo, creador y dador. La vida de un árbol por ejemplo, su sabia subiendo hasta las hojas, es la acción de Dios en ese objeto que llamamos árbol. Porque ese árbol sin la ayuda de Dios, es nada. Y la vida de ese árbol es Dios acompañándolo.

Y perder el alma es cambiar de identidad, de sustancia y naturaleza, cambia el ser, para entrar en estado interior de ausencia de Vida. Esto es, entrar en muerte en esencia donde pasamos a ser muerte en naturaleza propia. Les recuerdo, especialmente a los masones, que la pérdida del alma se materializa al abandonar este plano, y que hasta entonces hay margen para solucionar el entuerto.

Qué no es alma

En la masonería codician la compañía del espíritu de Lucifer, que según culturas a este espíritu o energía lo llaman Prana, Maya, Kundalini, Chi, Vri, arcoiris de seis colores, etc. A este espíritu de Lucifer acompañando al hombre no se le puede llamar alma, como erradamente hacen en la masonería. El alma no es el espíritu del ángel caído acompañando al hombre, porque alma (Ánima) significa ‘movimiento y vida. Vida en sentido espiritual. Almar a una persona es darle vida, y esto sólo lo puede hacer Dios, dar la vida. Porque el diablo sólo la quita, ya que no tiene poder ni para dar Vida ni para salvarse a sí mismo.

«; formó Yave Dios al hombre del polvo (pecado) de la tierra,
y le inspiró en el rostro
(espíritu) aliento de vida (alma),
y fué así el hombre ser animado (vivo, almado).«

Génesis 2, 7.

Nota: En las Sagradas Escrituras‘tierra es nuestro nuevo estado interior cuando despertamos espiritualmente (nos asentamos en ‘tierra’ cuando salimos del interior del mar/Mátrix dejando de ser peces, simbólicamente hablando). Tierra de cultivo si es regada por el Espíritu Santo, o desierto, si damos la espalda a Dios. Cuidado que es peligroso despertar porque es un estado distinto y delicado donde somos muy atacados a nivel espiritual (mental). Embestidas duras del diablo y otras entidades. En la masonería representan estos ataques del ángel caído, entre otras muchas formas, como un tiburón o como Cerbero (Perro del Infierno). Y en las Sagradas Escrituras, que también coge la masonería, como un león, por poner un ejemplo.

«8 Estad alerta y velad, que vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda rondando y busca a quien devorar. 9 Habéis de resistirle firmes en la fe,
considerando que los mismos padecimientos soportan vuestros hermanos
dispersos por el mundo.»

1 Pedro 5, 8-9.

Insisto. El diablo hace justo lo contrario que Dios. El diablo no da la Vida sino la muerte. Y a su presencia en la persona no se le puede llamar alma, porque es justo lo contrario, la antítesis de ésta.

«¡Ay de los que al mal llaman bien y al bien mal,
que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas;
que dan lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!»

Isaías 5, 20.

«Mas aquellos que aman la muerte, «son enemigos de su propia alma.”

Tobías 12, 10.