Prólogo
Dejo a continuación unos extractos accesibles y fáciles de leer (un pequeño resumen) del mensaje que nos legó María Santísima en Fátima, 1917, enlace y copia al mensaje completo, e incorporo al final de esta entrada unas cita de Sor Lucía de Jesús ya monja en la última entrevista que tenemos de ella, de diciembre de 1957, enlace y copia. La actriz de la iglesia conciliar posterior a esta fecha de 1957 era una impostora. La explicación está en que Iglesia venía muy herida por infiltración desde ya el siglo XIX, y terminó cayendo en manos de sus enemigos, la masonería internacional, en el apóstata y desolador Concilio Vaticano II (1962-1965).
Los tres niños pastores fueron Lucía Dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Martos, de la localidad de Fátima, Portugal; y las principales apariciones sucedieron en la Cova (valle en portugués) da Iria (enlace a Google maps).
Habla Sor Lucía de Jesús
Primera Aparición del Ángel de Portugal
(Primavera de 1916)
–Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Después de repetir esto tres veces se levantó y dijo:
–Orad así. Los Corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de vuestras súplicas.
Y desapareció.
Segunda Aparición del Ángel
(Verano de 1916)
–¿Qué estáis haciendo? ¡Rezad! ¡Rezad mucho! Los Corazones de Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia. ¡Ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!
–¿Cómo hemos de sacrificarnos? –pregunté.
–De todo lo que pudierais ofreced un sacrificio como acto de reparación por los pecados por los cuales Él es ofendido, y de súplica por la conversión de los pecadores. Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el Ángel de su Guardia, el Ángel de Portugal. Sobre todo, aceptad y soportad con sumisión el sufrimiento que el Señor os envíe.
Estas palabras hicieron una profunda impresión en nuestros espíritus como una luz que nos hacía comprender quién es Dios, cómo nos ama y desea ser amado, el valor del sacrificio, cuánto le agrada y cómo concede en atención a esto la gracia de conversión a los pecadores. Por esta razón, desde ese momento, comenzamos a ofrecer al Señor cuanto nos mortificaba,…
LAS APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA
Primera Aparición
Domingo, 13 de mayo del año 1917
–No tengáis miedo. No os hago daño.
Yo la pregunté:
–¿De dónde es usted?
–Soy del cielo.
–¿Qué es lo que usted me quiere?
–He venido para pediros que vengáis aquí seis meses seguidos el día 13 a esta misma hora. Después diré quién soy y lo que quiero. V͟o͟l͟v͟e͟r͟é͟ a͟q͟u͟í͟ una séptima vez. [Fueron seis las apariciones a los tres pastorcitos. La última, la sexta de octubre de 1917 fue el milagro del sol, y falta una séptima que deduzco que será en el contexto del anticristo, los Últimos Tiempos y la gran tribulación de la Iglesia. (Ejemplo1, ejemplo2)].
Pregunté entonces:
–¿Yo iré al cielo?
–Sí, irás.
–¿Y Jacinta?
–Irá también.
–¿Y Francisco?
–También irá, pero tiene que rezar antes muchos Rosarios.
–¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?
–Sí, queremos.
–Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá.
–Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra.
Segunda Aparición
Miércoles, 13 de junio
Delante de la palma de la mano derecha de Nuestra Señora estaba un corazón rodeado de espinas que parecían clavarse en él. Entendimos que era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecados de la humanidad, que quería reparación.
Tercera Aparición
Viernes, 13 de julio
El Gran Secreto.
Lo que recuerdo es que Nuestra Señora dijo que era preciso rezar el Rosario para alcanzar las gracias durante el año. Y continuó:
–Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, y especialmente cuando hagáis un sacrificio: “¡Oh, Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María!”.
–Habéis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os digo se salvarán muchas almas y tendrán paz.
–Cuando recéis el Rosario, decid después de cada misterio: “Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas.”
Cuarta Aparición
Domingo, 19 de agosto, en los Valinhos
–Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quién se sacrifique y rece por ellas.
Quinta Aparición
Jueves, 13 de septiembre
Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiero que durmáis con la cuerda puesta; llevadla sólo durante el día.
(…) la larga enfermedad de Francisco y, sobre todo, de Jacinta, a la cual varias veces visitó la Virgen, previniéndola que moriría solita, después de sufrir mucho.)
Sexta y última Aparición
Sábado, 13 de octubre. El milagro del sol.
Llegando a Cova de Iría, junto a la encina, llevada de un movimiento interior, pedí al pueblo que cerrasen los paraguas para rezar el Rosario. (…).
–Quiero decirte que hagan aquí una capilla en honor mío, que soy la Señora del Rosario, que continúen rezando el Rosario todos los días. La guerra está acabándose y los soldados volverán pronto a sus casas.
–Tenía muchas cosas que pedirle: si curaba a los enfermos, si convertía a unos pecadores, etc.
–Unos, sí; otros, no. Es preciso que se enmienden; que pidan perdón de sus pecados.
He aquí el motivo por el cual exclamé que mirasen al sol. Mi motivo no era llamar la atención del pueblo, pues ni siquiera me daba cuenta de su presencia. Fui inducida para ello por un impulso interior.
Desaparecida Nuestra Señora en la inmensidad del firmamento, vimos al lado del sol a San José con el Niño y a Nuestra Señora vestida de blanco con un manto azul. San José con el Niño parecían bendecir al mundo, pues hacía con las manos unos gestos en forma de cruz.
Poco después, pasada esta Aparición, vi a Nuestro Señor y a Nuestra Señora, que me daba sensación de ser la Virgen de los Dolores. Nuestro Señor parecía bendecir al mundo de la misma forma que San José. Se disipó esta aparición y me parecía ver todavía a Nuestra Señora en forma semejante a Nuestra Señora del Carmen.
MÁS DETALLES
FRANCISCO (11-6-1908 a 4-4-1919)
Las palabras del Ángel en su tercera aparición: “Consolad a vuestro Dios”, hicieron profunda impresión en el alma del pequeño pastorcito. “En cuanto a Jacinta, parecía preocupada con el único pensamiento de convertir pecadores y preservar las almas del infierno. Él trataba solamente de pensar en consolar a Nuestro Señor y a la Virgen, que le había parecido estar tan tristes.” (Lucía).
¿Cómo es Dios? Esto no lo podemos decir. Pero qué pena que Él está tan triste; ¡si yo pudiera consolarle!”
En la enfermedad, confió a su prima: “¿Nuestro Señor aún estará triste? Tengo tanta pena de que Él esté así. Le ofrezco cuantos sacrificios puedo.”
JACINTA (10-3-1910 a 20-2-1920)
Alguna vez preguntaba: “¿Por qué es que Nuestra Señora no muestra el infierno a los pecadores? Si lo viesen, ya no pecarían, para no ir allá. Has de decir a aquella Señora que muestre el infierno a toda aquella gente. Verás cómo se convierten. ¡Qué pena tengo de los pecadores! ¡Si yo pudiera mostrarles el infierno!”
Antes de morir, Nuestra Señora se dignó aparecérsele varias veces. He aquí lo que ha dictado a su madrina Madre Godinho.
Sobre los pecados
Los pecados del mundo son muy grandes.
Si los hombres supiesen lo que es la eternidad harían todo para cambiar de vida. Los hombres se pierden porque no piensan en la muerte de Nuestro Señor ni hacen penitencia.
Sobre las guerras
Es preciso hacer penitencia. Si la gente se enmienda, Nuestro Señor todavía salvará al mundo; mas si no se enmienda, vendrá el castigo.
Sobre los sacerdotes
Pida mucho por los Padres, pida mucho por los Religiosos.
Los Padres sólo deben ocuparse de las cosas de la Iglesia.
Los Padres deben ser puros, muy puros.
¡Ay, de los que persiguen la religión de Nuestro Señor!
Sobre las virtudes cristianas
No ande rodeada de lujo; huya de las riquezas.
Sea amiga de la santa pobreza y del silencio.
No hable mal de nadie y huya de quien hable mal.
Tenga mucha paciencia, porque la paciencia nos lleva al cielo.
La mortificación y los sacrificios agradan mucho a Nuestro Señor.
– Durante la enfermedad (pleuritis purulenta), confió a su prima: “Sufro mucho; pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María.”
LUCÍA
Lucía recibió varias visitas más de la Virgen María pasados los años (1925, 1926 y 1929).
Reparación sabatina de los Cinco primero meses al Inmaculado Corazón de María
El 10 de diciembre de 1925 se le apareció la Virgen a Lucía con el Niño Jesús a su lado, subida en una nube de luz. La Virgen puso su mano en el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su Corazón rodeado de espinas. Al mismo tiempo, el Niño Jesús dijo: “Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas.”
Después dijo Nuestra Señora a Lucía:
“Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación.”
(Nota: Les dejo enlace y copia al mensaje de Fátima completo por si quieren leerlo entero. Ésta entrada es un resumen, unos cuántos extractos.)
Declaraciones de Sor Lucía al Rev. Padre Agustín Fuentes en 1957
Les dejo el enlace y copia al texto completo.
«Será una cosa muy triste para todos; y no una cosa alegre si antes el mundo no hace oración y penitencia.»
«y no sabíamos qué idear para encontrar en nuestra imaginación infantil medios para hacer oración y sacrificio (…).«
«Lo segundo que santificó a los niños fue la visión del infierno (…). Por esto, Padre, no es mi misión indicarle al mundo los castigos materiales que ciertamente vendrán sobre la tierra si el mundo antes no hace oración y penitencia. No. Mi misión es indicarles a todos el inminente peligro en que estamos de perder para siempre nuestra alma si seguimos aferrados al pecado.»«
«Por eso, ahora que cada uno de nosotros comience por sí mismo su reforma espiritual; que tiene que salvar no sólo su alma, sino salvar a todas las almas que Dios ha puesto en su camino… Padre, la Santísima Virgen no me dijo que nos encontramos en los últimos tiempos del mundo, pero me lo dio a demostrar por tres motivos:»
«Lo segundo, porque me dijo, tanto a mis primos como a mí, que dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo; el Santo Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María. Y, al ser los últimos remedios, quiere decir que son los últimos, que ya no va a haber otros.»
«(…) pecado contra el Espíritu Santo; que consiste en rechazar abiertamente, con todo conocimiento y voluntad, la salvación que se presenta en las manos.«
«Dos son los medios para salvar al mundo, me decía Sor Lucía de Jesús: la oración y el sacrificio (…) Y luego, el Santo Rosario. Mire Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en que estamos viviendo, ha dado una nueva eficacia al rezo del Santo Rosario. De tal manera que ahora no hay problema, por más difícil que sea, sea temporal o sobre todo espiritual, que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros; o a la vida de nuestras familias, sean familias del mundo o Comunidades Religiosas; o la vida de los pueblos y naciones.«
«No hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario.
Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas. Y luego, la devoción al Corazón Inmaculado de María, Santísima Madre, poniéndonosla como sede de la clemencia, de la bondad y el perdón; y como puerta segura para entrar al cielo.»
Nª Sra. de Fátima, 1917, enlace y copia al mensaje completo.
Última entrevista que concedió Sor Lucía de Jesús, ya monja en diciembre de 1957, al rev. Padre Agustín Fuentes: enlace y copia.
Un salduo. Cuídense mucho.