La formación de la voluntad, por el Padre Jorge Loring.

2 de febrero de 2021

Traigo estos extractos de la publicación ‘Examen de Conciencia para antes del Sacramento de la Confesión, del libro «Para Salvarte» del P. Jorge Loring. S. J.’ Sacados de las páginas 23 y 24. (Enlace al libro completo):

EXAMEN COMPLETO DE CONCIENCIA

Del libro -Para salvarte- del P. Jorge Loring S.J.

«Todo el arte de la Pedagogía consiste en saber sonreír y en decir NO a los hijos en el momento preciso y de la manera exacta.

Una de las cosas peores que puede hacer un padre con sus hijos es dejarlos que se hagan caprichosos y testarudos. Es de la máxima importancia en la educación de los hijos la formación de la voluntad.

La voluntad se fortalece enseñándola a renunciar. A esto hay que empezar de pequeño. Que empiece a renunciar a gustos, caprichos, comodidades, etc., en bien del prójimo.

(…) y que sepan renunciar a lo ilícito sin angustia. Es imposible que los niños tengan siempre lo que desean. Hay que acostumbrar a los niños a que acepten estas frustraciones con naturalidad, pues la vida está llena de frustraciones.

El joven que se acostumbra desde niño a hacer su voluntad es un inútil para la vida. Porque la vida es un tejido de deberes desagradables, y el que desde niño no se acostumbra a cumplirlos severamente, sino que obra a impulsos de sus gustos, caprichos y pasiones, se hace víctima de su propia voluntad al llegar a la edad madura.

Dice el gran educador Stuart Mill: Quien nunca se ha privado de algo permitido, no sabrá privarse de lo prohibido.

La voluntad es la facultad de la persona humana por la cual el individuo cumple lo que se ha propuesto sin dejarse llevar por lo que le gusta o disgusta. Es muy importante para ser una persona de carácter. Es lo que hace al hombre más hombre. Para lograr el dominio de la voluntad es necesario entrenarse, como en el deporte. Hay que adquirir un hábito por la repetición de actos realizados con una motivación de superación personal. El entrenamiento debe empezar por cosas relativamente fáciles.

Un niño mimado no es aquel por quien se hace demasiado. Nunca se hace demasiado por un niño.

Niño mimado es aquel a quien nunca se le ha exigido, aquel a quien no se le ha enseñado a devolver en proporción a lo recibido. Condescender a los caprichos del niño es hacer de él un pequeño tirano.

No hay manera más segura de labrar la desgracia de un hijo que darle todos los caprichos.

Educar, formar a un niño, es hacerle obedecer, ayudarle a superarse, enseñarle a amar, a querer lo que no quiere, lo que no ama, lo que no hace espontáneamente, pero que le serviráSe ha definido al educador como quien presta voluntad. Dejado a sí mismo, el niño queda esclavizado a sus instintos y caprichos. La intervención de la voluntad fuerte del educador le libera… Ese pequeño ser tan encantador y tan débil, hacia el que nuestro amor y nuestra compasión se desbordan, es terriblemente egoísta y codicioso. Hay que enderezarlo, moldearlo, humanizarlo. No hay rectitud moral en la vida si no se obedece a los principios, a pesar de las tentaciones y los caprichos.»


Un saludo.