“Los hombres sanguinarios odian al íntegro,
mientras los justos procuran defenderlo.”
– Proverbios 29, 10.
“Abominación de los justos es el hombre malvado,
y abominación de los malvados quien procede rectamente.“
– Proverbios 29, 27.
SI EL MUNDO OS ODIA…
«18 Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a Mí antes que a vosotros [11013]. 19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como vosotros no sois del mundo —porque Yo os he entresacado del mundo— el mundo os odia. 20 Acordaos de esta palabra que os dije: No es el siervo más grande que su Señor. Si me persiguieron a Mí, también os perseguirán a vosotros; si observaron (espiaron) mi palabra, observarán [11014] también la vuestra. 21 Pero os harán todo esto a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió [11015]. ” – Juan 15, 18-21.
«14 Yo les he dado tu palabra y el mundo les ha tomado odio, porque ellos ya no son del mundo, así como Yo no soy del mundo. 15 No ruego para que los quites del mundo, sino para que los preserves del Maligno [11043]. 16 Ellos no son ya del mundo, así como Yo no soy del mundo. 17 Santifícalos en la verdad [11044]: la verdad es tu palabra. 18 Como Tú me enviaste a Mí al mundo, también Yo los he enviado a ellos al mundo.” – Juan 17, 14-18.
BIENAVENTURADOS LOS PERSEGUIDOS
“10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque a ellos pertenece el reino de los cielos [9935]. 11 Dichosos seréis cuando os insultaren, cuando os persiguieren, cuando dijeren mintiendo todo mal contra vosotros, por causa mía. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. – Mateo 5, 10-12.
«11 [4318] Ahora me rodean espiando, con la mira de echarme por tierra, (nota: matarme).
12 cual león ávido de presa, como cachorro que asecha en su guarida.»
[4318] 11 s. En Juan 15, 20 Jesús nos previene que este espionaje que hicieron con Él lo harán igualmente con los que seamos sus discípulos. Cf. Marc. 3, 2; Lucas 6, 7; 14, 1; 20, 20. Cf. Lucas 12, 3 y nota.
SALMO 21
Biblia Nácar – Colunga (1ª Ed. de 1944).«17 Me rodean como perros, | me cerca una turba de malvados, | han taladrado mis manos y mis pies,
18 Puedo contar todos mis huesos. | Y ellos Me miran, me contemplan.
19 Se han repartido mis vestidos | y echan suertes sobre mi túnica.
20 Tú, pues, ¡oh Yave!, no retrases tu socorro, | apresúrate a venir en mi auxilio.
21 Libra mi alma de la espada. | A mí, desolado, líbrame del poder de los perros.
22 Sálvame de la boca del león, | sálvame de los cuernos de los búfalos.»
«2 Apiádate de mí, oh Dios,
porque el hombre me pisotea,
me oprime con su ataque incesante.
3 Todo el día
tratan mis enemigos de devorarme,
y son muchos
los que me combaten… Oh Altísimo,
4 [4695] el día en que me invada el temor,
confiaré en Ti.
5 [4696] Me gloriaré en la promesa de Dios,
confiado en Dios no temo.
¿Qué podrá contra mí un hombre de carne?
6 Siempre toman a mal mis palabras,
todos sus pensamientos son para mi daño.
7 [4697] Se conjuran, ponen asechanzas,
observan mis pasos,
buscando cómo quitarme la vida.»
SALMO 34 (35)
El abogado de los perseguidos
4 [4501] Queden confusos y avergonzados
los que buscan mi vida.
Vuelvan atrás, cubiertos de oprobio
los que maquinan mi perdición.
(…)
7 [4502] Porque sin causa me tendieron su red;
y sin causa cavaron una fosa para mi vida.
8 Venga sobre ellos la muerte inesperada,
y préndalos la red que para mí escondieron;
caigan en la fosa que ellos mismos cavaron.
(…)
11 [4505] Se levantaron testigos de iniquidad;
me pedían cuentas de cosas
que yo ni conocía.
12 Por el bien me devolvían mal,
para desolación de mi alma.
(…)
15 [4507] Ellos, en cambio, se alegraron
en mi adversidad, y se juntaron;
coligados contra mí
me hirieron de improviso,
me laceraron sin tregua.
16 [4508] Entre impíos burladores de torta redonda,
rechinaron contra mí sus dientes.
(…)
19 [4510] No se alegren a costa mía
mis injustos enemigos;
no se hagan guiños de ojo
los que sin causa me odian,
20 porque ni siquiera hablan de paz,
y planean traidoramente fraudes
contra los pacíficos de la tierra.
[4508] 16. Los LXX y la Vulgata añaden aquí al principio: “quedaron disipados, mas no arrepentidos”. Burladores de torta redonda (así también Desnoyers): Expresión gráfica, como quien dijera: los que, hartos de placeres y honores del mundo, se reúnen alrededor de un festín para ridiculizar a los que comparten lo que San Pablo llama la “locura” de Cristo crucificado (I Corintios 1, 23). Cf. Salmo 1, 1 y nota. Rechinaron contra mí sus dientes: Una de las cosas sorprendentes que nos hace notar la Biblia es esta de que el pecador siempre odia al justo (Nota: justo es en sentido de justificiación, es decir, de oración y penitencia y no de justicia legal), aunque no le haya hecho sino bienes, como se ve en los versículos 12 y sigs. (véase Salmo 36, 12; 111, 9 s., etc.). Por eso vimos que ese odio es gratuito (versículos 7 y 19). Jesús nos da la clave de ese odio en Juan 7, 7; 15, 19 y 17, 16.
«El mundo no puede odiaros a vosotros; a Mí, al contrario, me odia, porque Yo testifico contra él que sus obras son malas.» – Juan 7, 7.
«Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como vosotros no sois del mundo —porque Yo os he entresacado del mundo— el mundo os odia.» – Juan 15, 19.
«14 Yo les he dado tu palabra y el mundo les ha tomado odio, porque ellos ya no son del mundo, así como Yo no soy del mundo. 15 No ruego para que los quites del mundo, sino para que los preserves del Maligno. 16 Ellos no son ya del mundo, así como Yo no soy del mundo. 17 Santifícalos en la verdad: la verdad es tu palabra.» – Juan 17, 14-17.
«12 [4525] El impío urde males contra el justo, y a su vista rechina los dientes;” – Salmos 36, 12.
[4525] 12. Para ponernos en guardia y quitarnos ilusiones, se nos revela aquí una verdad muy importante: no nos libraremos de que nos odien, y en eso estará el sello anunciado por Jesús a sus verdaderos discípulos (versículo 32; Salmo 34, 16; Juan 15, 19; 16, 1 ss.; 17, 14; Hechos 7, 54; Mateo 5, 10; Marc. 10, 30; II Corintios 4, 9; II Timoteo 3, 12; Lucas 19, 14; 21, 17; I Juan 3, 13, etc.).
HECHOS 7
Martirio de Esteban
«51 Hombres de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo; como vuestros padres, así vosotros [11207]. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres?; y dieron muerte a los que vaticinaban acerca de la venida del Justo, a quien vosotros ahora habéis entregado y matado [11208]; 53 vosotros, que recibisteis la Ley por disposición de los ángeles, mas no la habéis guardado.”
«54 Como oyesen esto, se enfurecieron en sus corazones y crujían los dientes contra él [11209]. – Hechos 7, 51-54.
SALMO 30 (31)
Serenidad en la hora de la muerte
«12 [4455] He venido a ser objeto de oprobio
para todos mis enemigos,
de burla para mis vecinos
y de horror para mis amigos:
los que me encuentran por la calle
se apartan de mí;
13 como si hubiera muerto,
se ha borrado mi recuerdo de sus corazones;
he llegado a ser como una vasija rota.
14 Oigo el hablar malévolo de muchos,
y esparcir el espanto en torno mío.
Mientras a una se conjuran contra mí,
han pensado en quitarme la vida.
15 Pero yo confío en Ti, Yahvé;
digo: “Tú eres mi Dios.”
16 [4456] Mi destino está en tu mano;
sácame del poder de mis enemigos
y de mis perseguidores.
17 Muestra a tu siervo tu rostro sereno;
sálvame por tu misericordia.
18 [4457] Oh Yahvé, no tenga yo que avergonzarme
por haberte invocado;
avergonzados queden los impíos
y reducidos al silencio del abismo.
19 Enmudezcan esos labios mentirosos
que, con soberbia y menosprecio,
hablan inicuamente contra el justo.
SALMO 68
El lamento de Cristo
«5 [4818] Más que los cabellos de mi cabeza
son los que sin causa me odian.
Son demasiado poderosos para mis fuerzas
los que injustamente me hostilizan,
y tengo que devolver
lo que no he robado.
6 [4819] Tú, oh Dios, conoces mi insensatez
y mis pecados no te están ocultos.
7 [4820] No sean confundidos por mi causa
los que esperan en Ti,
oh Señor, Yahvé de los ejércitos.
Que no se avergüencen de mí
quienes te buscan, oh Dios de Israel.
8 [4821] Es por tu causa si he sufrido oprobio
y mi rostro se ha cubierto de confusión.
9 [4822] He venido a ser un extraño
para mis hermanos;
los hijos de mi madre no me conocen,
10 [4823] porque me devora el celo de tu casa,
y los baldones de los que te ultrajan
cayeron sobre mí.
11 [4824] Me afligí con ayuno,
y se me convirtió en vituperio.
12 Me vestí de cilicio,
y vine a ser la fábula de ellos.
13 [4825] Murmuran contra mí
los que se sientan a la puerta,
y los bebedores me hacen coplas.
14 [4826] Mas yo dirijo a Ti mi oración, oh Yahvé,
en tiempo favorable, oh Dios,
escúchame según la grandeza de tu bondad,
según la fidelidad de tu socorro.
15 [4827] Sácame del lodo, no sea que me sumerja.
Líbrame de los que me odian
y de la hondura de las aguas.
16 No me arrastre la corriente de las aguas,
ni me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca.»
«10 [4847] pues ya hablan de mí mis enemigos,
y espiándome se conciertan a una,
11 y dicen: “Dios lo ha abandonado;
perseguidle y prendedle,
pues no hay quien lo libre.”
12 Oh Dios, no quieras alejarte de mí;
Dios mío, apresúrate a socorrerme.
13 [4848] Sean confundidos y aniquilados
los que atentan contra mi vida;
cúbranse de afrenta y rubor
los que buscan mi daño.»
(…)
«20 [4852] Con muchas y acerbas tribulaciones
me probaste,
mas volviste a darme la vida,
y de nuevo me sacarás
de los abismos de la tierra.
21 Multiplicarás tu magnificencia
y continuarás consolándome.»
“51 [5406] Los infatuados hacen burla de mí
hasta el extremo,
pero yo no me aparto de tu Ley.”
[5406] 51. De todas las cosas divinas la más burlada y odiada por el mundo es la Palabra (cf. versículo 22 s.). Cristo lo dice de muchos modos (Mateo 11, 6; Juan 15, 20; 17, 14, etc.) y se explica que ella alarme a Satán más que ninguna otra cosa, porque es el arma de Dios (Hebreos 4, 12) y su instrumento de salvación (Romanos 1, 16). Cf. versículo 74 y nota; 86 s.; I Macabeos 1, 59 s.
Salmo 83 . (Vulgata 82.)
Deprecación contra los enemigos, aliados contra el pueblo de Dios.
1 Cántico. Salmo de Asaf. (1)
2 No reposes, ¡oh DiosI | No enmudezcas, no te aquietes.
3 Mira que bravean tus enemigos, | y alzan la cabeza los que te aborrecen.
4 Tienden asechanzas a tu pueblo, | y se conjuran contra tus protegidos.
5 Dicen: «Ea, borrémoslos del número de las naciones, | no haya más memoria del nombre de Israel.»
6 Todos a una se han confabulado, | se han ligado estrechamente contra ti,
(1) El poeta ve a su pueblo estrechado y perseguido por todos los pueblos circunvecinos y pide a Dios le libre y le vengue de ellos, haciéndoles reconocer el sumo poderío de Yave sobre toda la tierra.
SABIDURÍA 2
Nácar-Colunga. Ed.1944.
«10 Oprimamos al justo desvalido, | no perdonemos a la viuda | ni respetemos las canas del anciano provecto.
11 Sea nueslra fuerza norma de la justicia, | pues la debilidad bien se ve que no sirve para nada.
12 Pongamos garlitos al justo, que nos fastidia | y se opone a nuestro modo de obrar, | y nos echa en cara las infracciones de la ley | y nos reprocha nuestros extravíos.
13 «Pretende tener la ciencia de Dios | y llamarse hijo del Señor;
14 Es censor de nuestra conducta; hasta el verle nos es insoportable.
15 Porque su vida en nada se parece a la de otros, | y sus sendas son muy distintas de las nuestras.
16 Nos tiene por escorias, | y se aparta de nuestras sendas como de impurezas; | ensalza el fin de los justos | y se gloría de tener a Dios por padre.
17 «Veremos si sus palabras son verdaderas, | y cuál es su fin;
18 Porque si el justo es hijo de Dios, El le acogerá | y le librará de la manos de sus enemigos.
19 Probémosle con ultrajes y tormentos, | y veamos su resignación | y probemos su paciencia.
20 Condenémosle a muerte afrentosa, | pues según dice, Dios le protegerá (1).
21 Estos son sus pensamientos; pero se equivocan, | porque los ciega su maldad
22 Y desconocen los misteriosos juicios de Dios, | y ni esperan que los justos tengan su recompensa, | ni estiman el glorioso premio de las almas puras.
23 Porque Dios hizo al hombre para la inmortalidad | y le hizo a imagen de su propia naturaleza;
24 Mas por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo, | y la experimentan los que le pertenecen.
“10 Tú, empero, me has seguido de cerca en la enseñanza, en la conducta, en el propósito, en la fe, la longanimidad, la caridad, la paciencia; 11 en las persecuciones y padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones tan grandes como sufrí, y de todas las cuales me libró el Señor. 12 Y en verdad todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús serán perseguidos [12357]. 13 Por su parte, los hombres malos y los embaucadores irán de mal en peor, engañando y engañándose.” – 2 Timoteo 3, 1-13.
[12357] 12. No dice por cierto que los amigos de Dios serán desdichados, o enfermos o indigentes; antes bien se les promete el gozo cumplido que tenía el mismo Jesús (Jn. 17, 17), la misma paz de Él (Jn. 14, 27) y aun todo lo necesario por añadidura (Mt. 6, 33). Pero la persecución, consecuencia inevitable del misterio de iniquidad (v. 5; Jn. 16, 1 s.), será siempre el sello propio de los verdaderos discípulos de Cristo (Jn. 15, 18 ss.), y de ahí que el premio sea prometido al que, a pesar de ella, guarda la fe (4, 7 s.) no fingida (1, 5) confesando a Cristo delante de los hombres (Mt. 10, 32 s.), cuya impostura seguirá creciendo de mal en peor (v. 13).
LA MUERTE DE LOS JUSTOS
«y le dirigió Yave su palabra, diciendo: «¿Qué haces aquí, Elias?» 10 El respondió: «He sentido vivo celo por Yave Sebaot; porque los hijos de Israel han roto tu alianza, han derribado tus altares, y han pasado a cuchillo a tus profetas, de los que sólo he quedado yo, y me están buscando para quitarme la vida.» – I Reyes 19, 9-10 y 13-14.
«Es cosa preciosa a los ojos de Yave la muerte de sus justos». – Salmos 116, 15.
«1 Os he dicho esto para que no os escandalicéis [11018]. 2 Os excluirán de las sinagogas; y aun vendrá tiempo en que cualquiera que os quite la vida, creerá hacer un obsequio a Dios [11019]. 3 Y os harán esto, porque no han conocido al Padre, ni a Mí.” – Juan 16, 1-3.
CARIDAD
“7 Carísimos, amémonos unos a otros, porque la caridad procede de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y a Dios conoce. 8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es caridad.” – 1 Juan 4, 7-8.
“16 En cuanto a nosotros, hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor; y el que permanece en el amor, en Dios permanece y Dios permanece en él [12762].” – 1 Juan 4, 16.
“Permaneced en mi amor” – Juan 15, 9.
[12762] a 1 Juan 4, 16. (…G) Sto. Tomás: “Nada es más adecuado para mover al amor, que la conciencia que se tiene de ser amado” (cf. Os. 2, 23 y nota). … «donde hay alguien que se cree amado por Dios, allí está Él, pues que Él es ese mismo amor. “ – Straubinger.
“La caridad cubre la muchedumbre de los pecados.” – 1 Pedro 4, 8. (Nácar-Colunga.1944).
[12651] 8. La caridad cubre multitud de pecados: cita de Pr. 10, 12 (véase nota). Cf. Col. 3, 14; St. 5, 20. Citando este pasaje agrega Sto. Tomás: “Si alguien ofende a uno y después le ama íntimamente, por el amor perdona la ofensa; así Dios perdona los pecados a los que le aman… Justamente dice “cubre” porque no son considerados por Dios para castigarlos”.
“12 [5782] El odio suscita contiendas, el amor, empero, cubre todas las faltas. “ – Proverbios 10,. 12.
[5782] 12. Texto citado en I Pedro 4, 8. El amor no hace caso de las ofensas recibidas, sino que las perdona y olvida (cf. I Corintios 13, 4). Santo Tomás (IV Contra Gentes, 21-22), explica admirablemente este concepto, haciendo notar que cuando se reconcilian dos amigos antes distanciados, ninguno recuerda los antiguos agravios. Así hace Dios con nosotros cuando recobramos su amistad mediante un acto de perfecta caridad, sea hacia Él o hacia el prójimo (que es como hecho hacia Cristo). V. gr.: el que perdona puede estar seguro de recibir perdón (véase Mateo 6, 14; 18, 35; Eclesiástico 28, 3 ss.). Santa Teresa de Lisieux dice que hay un modo seguro de ganar indulgencia plenaria, sin otra condición, y es hacer un acto de caridad perfecta.
Nota al versículo (1 Corintios 6, 17) de Monseñor Straubinger.:
[11755] 17. Un mismo espíritu, por participar de la divina naturaleza mediante la gracia. Cf. 6, 23; 2 Pe. 1, 4. “De la naturaleza del amor es transformar al amante en el amado; por consiguiente, si amamos lo vil y caduco nos hacemos viles e inestables… Si amamos a Dios nos hacemos divinos”. (S. Tomás de Aquino).
«5 Entonces te manifesté mi delito,
y no te oculté mi culpa;
dije: “confesaré mi iniquidad a Yahvé”
y Tú remitiste la culpa de mi pecado.»– Salmo 31, 5.
«4 Aunque atraviese
un valle de tinieblas,
no temeré ningún mal,
porque Tú vas conmigo.»– Salmo 22, 4.
Esta entrada también está publicada en el blog hermano de éste, uncatolicoperplejo.wordpress.com.
Un saludo. Cuídense mucho.
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