Diferencia entre pecado mortal (del que nos confesamos) y pecado de muerte (la gnosis, el que cometieron Adán y Eva).

9 de octubre de 2021

Introducción

Hay un pecado llamado de muerte que nada tiene que ver con el pecado mortal. De éste último se sale tras una confesión, del pecado de muerte no, y que se trata del pecado que cometieron Adán y Eva. Hoy día este pecado lo comete todo integrante de la masonería a través de lo que ellos llaman «estados alterados de conciencia», gnosis o «sabiduría». Y que no es más que una muerte espiritual o consagración a Lucifer. Esto es lo que estudian en el sistema de grados con el que se organizan. El Rito Escocés por ejemplo, consta de 33ª grados.

A continuación dejo unos textos de las Sagradas Escrituras de los que no me da tiempo a comentar nada. Tampoco hace mucha falta, ya que una vez leídos están claros y no necesitan de aclaciones sobre términos para entenderlo. Aunque más adelante sí me gustaría editar esta entrada e incorporarlos aunque no son imprenscindibles. Lo importante es ser consciente de la peligrosidad y suicidio de entrar en la masonería.


Biblia Platense de Monseñor Straubinger.

1 JUAN 5

Exhortaciones finales

«16Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no es para muerte, ruegue, y así dará vida a los que no pecan para muerte. Hay un pecado para muerte; por él no digo que ruegue [12774]. 17Toda injusticia es pecado; pero hay pecado que no es para muerte. 18Sabemos que todo el que es engendrado de Dios no peca; sino que Aquel que fue engendrado de Dios le guarda, y sobre él nada puede el Maligno. 19Pues sabemos que nosotros somos de Dios, en tanto que el mundo entero está bajo el Maligno [12775]. 20Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al (Dios) verdadero; y estamos en el verdadero, (estando) en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y vida eterna [12776]. 21Hijitos, guardaos de los ídolos [12777].» (1 Juan 5, 16-21).

[12774] Nota al versículo 16: Los versículos 14 y 15 preparan el ánimo para recibir esta promesa extraordinaria, que debe colmar de gozo principalmente a los padres de familia. (…) se promete aquí respecto al alma de aquel por quien oremos. Y no es ya solamente como en (Santiago 5, 15), en que se le perdonará si tiene pecados sino que se le dará vida, es decir, conversión además del perdón. Es la esperanza de poder salvar, por la oración, el alma que amamos, como santa Mónica obtuvo la conversión de su hijo San Agustín de Hipona; como a la oración de San Esteban siguió la conversión de San Pablo (Hechos 8, 3 y nota); como Dios perdonó a los malos amigos de Job por la oración de este (Job 42, 8 y nota).

En cuanto (al versículo 16 y siguientes), el pecado de muerte no es lo que hoy se entiende por pecado mortal, sino la apostasía (1 Juan 2, 18 y nota; Hebreos 6, 4 ss (ss: y siguientes); Hebreos 10, 26 ss.; 1 Pedro 2, 1 ss.), el pecado contra el Espíritu Santo (Marcos 3, 29). (…).


HEBREOS 6

El progreso en la doctrina y la apostasía

«1Por lo cual, dejando la doctrina elemental acerca de Cristo, elevémonos a la perfección, no tratando de nuevo los artículos fundamentales que se refieren a la conversión de las obras muertas y a la fe en Dios [12444], 2a la doctrina de los bautismos, a la imposición de las manos, a la resurrección de los muertos y al juicio eterno [12445]. 3Y así procederemos con el favor de Dios [12446]. 4Porque a los que, una vez iluminados, gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo [12447], 5y experimentaron la bondad de la palabra de Dios y las poderosas maravillas del siglo por venir, 6y han recaído, imposible es renovarlos otra vez para que se arrepientan, por cuanto crucifican de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, y le exponen a la ignominia pública. 7Porque la tierra (la voluntad del hombre) que bebe la lluvia (del Espíritu Santo), que cae muchas veces sobre ella, produce plantas (fidelidades) útiles para aquellos por quienes es labrada, y participa de la bendición de Dios [12448]; 8pero la que produce espinas y abrojos es reprobada y está próxima a la maldición y su fin es el fuego.» (Hebreos 6, 1-8).

[12447] Nota el versículo 4 y siguientes. El Apóstol muestra aquí a los judíos (y lo confirma en 10, 26 s.) el peligro de la apostasía de la fe, la cual comporta el pecado contra el Espíritu Santo, porque rechaza la luz (3, 19 y nota) y que por tanto los dejaría privados de la gracia que viene de la fe, y entregados sin defensa en manos de Satanás, padre de la mentira. Así lo muestra también S. Pablo, respecto de los gentiles, en 2 Ts. 2, 11 s. De ahí la imposibilidad de levantarse de este pecado, que reniega del Bautismo y del Espíritu Santo y es semejante a un nuevo pecado de Adán, que elige libremente a Satanás antes que a Dios. Tampoco puede borrarse por un nuevo Bautismo, porque este se da una sola vez. A lo mismo parece aludir también S. Juan cuando habla del que comete pecado de muerte (1 Jn. 5, 16 y nota). (…).


HEBREOS 10

Castigo de la apostasía

«26Porque si pecamos voluntariamente, después de haber recibido el conocimiento de la verdad, no queda ya sacrificio por los pecados [12485], 27sino una horrenda expectación del juicio, y un celo abrasador que ha de devorar a los enemigos. 28Si uno desacata la Ley de Moisés, muere sin misericordia por el testimonio de dos o tres testigos, 29¿de cuánto más severo castigo pensáis que será juzgado digno el que pisotea al Hijo de Dios, y considera como inmunda la sangre del pacto con que fue santificado, y ultraja (rechaza) al Espíritu de la gracia? [12486] 30Pues sabemos quién dijo: “Mía es la venganza; Yo daré el merecido”, y otra vez: “Juzgará el Señor a su pueblo” [12487]. 31Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.» (Hebreos 10, 26-31).


El árbol de la Vida (Dios) y el árbol de la ciencia del bien y del mal (el diablo)

«3“Ningún servidor puede servir a dos amos, porque odiará al uno y amará al otro, o se adherirá al uno y despreciará al otro; no podéis servir, a Dios y a Mammón (1)”. – Lucas 16, 13.

(1) Mammon es la representación a las riquezas materiales y perecederas de este mundo. Es el principal atractivo que usa el demonio contra nosotros, y por el que caemos en sus redes de muerte y perdición.


Un saludo. Cuídense mucho.

Enlaces Relacionados

La huella, marca o carácter que imprime el pecado de muerte (la gnosis) en el alma. Por Monseñor León Meurin (1893).