¿Quién es realmente Benedicto XVI? (Parte II), ¿el Papa judío?

13 de febrero de 2021

Septiembre 22, 2016 (forocatolico.wordpress.com).

Ratzinger. Vaticano, 2012.

Tomado tal cual del sitio Foro Judío del 9 de junio.

Una dizque “exclusiva” de María José Arévalo Gutiérrez.

María José Arévalo Gutiérrez

Añade algunos datos a lo ya publicado por Federico y colaboradores en Radio Cristiandad el 29 de marzo de este año.

(Nota de Foro Católico: Lo publicamos para que luego no digan que lo inventamos nosotros y que hacemos “juicios temerarios”)

Ratzinger y Kissinger.

  ¿Quién es este Papa, que tiene miedo de la gente? El 19 de agosto de 2005, el Papa Benedicto XVI visitó la sinagoga en Colonia, Alemania, en lo que fue visto como un reflejo de su interés por mantener las buenas relaciones entre los judíos del mundo, labor iniciada por su predecesor, que había sido el primer Papa en visitar una sinagoga. “Ha sido mi profundo deseo, durante mi primera visita a Alemania desde mi elección […] encontrarme con la comunidad judía de Colonia y sus representantes del judaísmo en Alemania”, dijo el Papa.

  El Papa reflexionó sobre el Holocausto y el antisemitismo, diciendo: “En el periodo mas oscuro de la historia alemana y europea, por una demencial ideología racista, nacida del neopaganismo, dio origen al intento planeado y realizado sistemáticamente por el régimen para exterminar a los judíos europeos […]. Este año se cumple el 60 aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis, en la que millones de Judíos -hombres, mujeres y niños. – fueron condenados a muerte en las cámaras de gas y los hornos”.

  La elección de Joseph Ratzinger no se lo ponía fácil, a los partidarios de la legitimidad de la profecía de san Malaquías, casar al nuevo papa con el lema que le pertenece según el augurio, “de gloria olivae”. Continuamente se le relacionó, con que tendría algo que ver con el pueblo judío. Pero ¿cómo se puede conjugar “de la gloria del olivo”, el lema del penúltimo Papa antes del fin del mundo, con Ratzinger? Por su país de origen no es posible, pero, ¿y por su etnia? Muchos aluden a la falsedad de dichas profecías, pero […].

Ratzinger encendiendo una menorá.

La abuela del actual Papa se llamaba Maria Tauber-Peintner de Bolzano, nacida en Italia, aunque por aquel entonces el territorio formaba parte del Imperio Austro – Húngaro. Sus ancestros pueden haber estado relacionados con la familia judía Tauber de Moravia y Hungria y descendientes de Aaron Tauber de Moravia. Parece ser que su madre Elisabeth María Tauber (1834), era hija de los judíos de Moravia, que fue rechazada por su comunidad cuando se convirtió al catolicismo. “Betty”, como coloquialmente llamaban a Elisabeth, se trasladó a la zona sur del Tirol (Imperio Austro-Húngaro), donde tuvo una hija con Antón Peintner.

  Antón, no contrajo matrimonio con Betty hasta unos tres años después del nacimiento de su hija María de Rasa en 1855. Elisabeth María era la hija de Jacob Tauber (1811-1845) y Josefina Knopfelmacher (1819 – 1886). Jacob Tauber fue el hijo de Jonás Tauber y su esposa Rebeca Zerkowitz. Si nos remitimos al árbol genealógico de la familia Ratzinger, llegamos a Rabbi Yehuda Loew (Leib) ben Bezalel (el Maharal de Praga) donde vivió desde el 1512 – 1609 con su esposa Perla Shmelkes – Reich (1516 -1610). “El Maharal”, abreviatura por el que se le conocía, adquirió también gran renombre entre los no – judíos por sus célebres saberes seculares en matemáticas, astrología y otras ciencias (ocultas).

 Este judío fue una de las mentes más sobresalientes del siglo XVI. Escribió numerosos libros sobre la ley judía, la filosofía y la moral, y desarrolló un nuevo enfoque totalmente a la Aggadá del Talmud. Rechazaba la idea de que los niños comenzaran su educación a una edad temprana, insistiendo que la instrucción se debería de impartir acorde con el grado de madurez intelectual que este tuviera. Él Marahal gozaba de una gran estima por sus contemporáneos y tuvo un profundo impacto en todas las corrientes del judaísmo. El rabino Kook dijo de él, que por un lado “era el padre del pensamiento del Gaón de Vilna, y por otro lado, el padre de la enseñanza de Jasidut”. Se caracterizaba por ser muy activo en el trabajo comunitario. Hizo mucho para mejorar la ética social, siendo un educador clarividente que con sus ideas para la reforma educativa, golpeó acordes profundos en muchas personas.

  Igualmente se le atribuían, y con razón, poderes especiales, y lo llamaban “el hacedor de milagros”. La historia más famosa es la del Golem (demonio invocado por los hechiceros hebreos), atestiguada por el monumento erigido en Praga que demuestra que se trató de algo más que de una simple “leyenda popular”. Era un profundo conocedor de la Kabbalah, pues en ellas se ponen de manifiesto los secretos de la Creación Divina y los ocultos senderos de Dios. En la actualidad, su lugar de descanso eterno está en el “Viejo Cementerio Judío” de Praga, que sigue siendo visitado por miles de personas.

  Los Tauber, podrían proceder de la comunidad judía del Valle de Tauber en Baviera, de la cual recibió su apellido, aunque otros documentos ubican a Aaron Tauber en Leipnik, Moravia. El emblema de la familia Tauber es una paloma (alemán Taube) relacionada con el nombre de Jonás, padre de Aaron que era descendiente del rabino Jonás Gerondi. Este último era uno de los enfervorizados rabinos opuestos a las ideas racionalistas de Maimónides.

  Una de las frases más conocidas de Benedicto XVI es, “hay patologías de la religión y hay patologías de la política”. En ese sentido, la llegada de los nazis al poder habría sido el resultado de una patología política. La palabra patología no deja de ser algo problemática, ya que la patología es el resultado de una libre decisión, aunque en la mayoría de las patologías quienes realizan sus actos no saben lo que hacen. Los nazis sabían lo que hacían. De ahí que el termino patología que utiliza el pontífice se debería de aceptar con muchas limitaciones, y más bien en un sentido metafórico.

  Sus padres se instalaron en 1927 en Marktl am Inn, un pueblecito a las afueras de Passau y no lejos del pueblo natal de Hitler. En 1939, cuando contaba Joseph doce años, entro en el seminario menor de San Miguel, empezando su carrera eclesiástica. Sin embargo dos años más tardes, fue miembro de las Juventudes Hitlerianas, ya que se le exigía esta permanencia, no pudiéndola evitar ningún muchacho en la Alemania de Hitler. Al ser estudiante del seminario, fue dispensado de asistir a las reuniones de las Juventudes Hitlerianas, pero las puertas del seminario no le pudieron proteger de ser llamado durante la II Guerra Mundial a las armas.

  Su mentor, el cardenal Faulhaber fue hasta el extremo de aclarar que él no estaba preocupado por defender a los judíos contemporáneos. Añadiendo que uno tenía que distinguir entre los judíos antes de la crucifixión de Cristo y después. Tras vestir el uniforme de la Wehrmacht, Joseph fue destinado a defender una fábrica de la BMW al sur de Baviera. Como más tarde escribiría, Ratzinger declaro no haber proyectado “ni un solo disparo” durante todo su servicio al III Reich. En los meses que estuvo destinado en la fábrica de la BMW, fue testigo directo de uno de los horrores del nazismo: presos del cercano campo de concentración de Dachau, eran llevados a la fábrica para realizar los trabajos más viles. Los presos provenientes de ese campo eran internados por razones políticas o religiosas. ¿Qué sentimiento despertaría ese panorama a un futuro clérigo con pasado judío?

  Lo que si quedo demostrado es que el deber a la defensa de la patria, bien por miedo o convicción, era superior a la del buen cristiano, y más en su posición. ¿Temía que fuera descubierta su procedencia judía y las consecuencias que con ello conllevaría? En 1944, fue enviado a un nuevo destino. El soldado Ratzinger se encontró bajo el mando y las vejaciones y arbitrariedades de la Legión Austriaca, un grupo conocido en Baviera por su extrema violencia. Como declararía más tarde, “se trataba de fanáticos que nos tiranizaban con violencia”.

  Las contradicciones en este personaje son constantes. Una de ellas, fue la restitución a la liturgia católica de la oración del viernes pascual, que pide orientación para los “pérfidos judíos” (basada en 2 Corintios 3:13). La Iglesia venía desembarazándose de la oración judeofóbica. En 1955 ordenó que la expresión fuera reemplazada por “descreídos”, y en 1960 que fuera removida del todo. Benedicto XVI ha impulsado el retorno a la fórmula tradicional. Otro ejemplo es su apología de Pío XII, quien fuera pontífice durante el nazismo, y cuya beatificación fue defendida por el actual Papa en una solemne misa. Finalmente, el proceso de beatificación de Pío XII fue postergado, y se anunció que llevaría varios años catalogar los 16 millones de documentos referidos a su papado durante el Holocausto. La beatificación es una cuestión interna de la Iglesia, pero no puede evitarse el pesar de los judíos ante la veneración de santos activos como judeófobos, tales como los santos Juan Crisóstomo y Juan Capristano, ambos responsables de la muerte de centenares de judíos.

  El último avance que ha efectuado el Papa para limar la tensión existente entre ambas confesiones, es la de desacusar al pueblo judío de la muerte de Jesús. El presidente del Congreso Mundial Judío, Ronald S. Lauder, declaro que, en cualquier caso no basta con que un libro (Jesús de Nazaret) del Papa confirme la inocencia de los judíos: “Esto debe convertirse en doctrina oficial de la Iglesia, desde arriba abajo”.

  Como se puede observar, los avances entre ambas religiones son lentos, a pesar del pasado del máximo representante de la Iglesia Católica. Su imagen hermética y poca cercana, que con el tiempo ha ido reformando, lo convierten en un hombre poco previsible, aunque las decisiones no sean estrictamente solas tomadas por él. ¿Es este el momento de zanjar para siempre viejas heridas del pasado. Hasta donde debe de actuar una confesión en temas “políticos” y hasta donde limitarse a sus menesteres. Es esto una cuestión patológica como describió el Papa con anterioridad? Lo peor viene, cuando ambos conceptos se intercalan.

Referencia:

  • Catolic.net
  • Jewishvirtuallibrary
  • Golem (Idel, M.)
  • La esencia de la Kábala (Lancaster, B. L. & Guijarro, A.)
  • Historia y la Filosofía: las filosofías nacionales siglos XIX y XX: Vol. 9 (Belaval, Y. & Burrows Acton, H.)
  • El pensamiento de Benedicto XVI – Joseph Ratzinger (Mires, F.)
  • Monografías
  • Jesús de Nazaret (Ratzinger, J.
  •      http://forojudio.com/bin/forojudio.cgi?ID=4549&q=2

Artículo extraído desde forocatolico.wordpress.com.


Transcribo algunos comentarios del artículo en forocatolico.wordpress.com

Domus Aurea permalink
julio 9, 2011 12:49 pm

“Sus ancestros pueden haber estado relacionados…”; “parece ser que su madre…”

Estas expresiones en forma de suposiciones son las que hacen que muchos digan “¿y cómo se puede probar realmente? ¿No serán mentiras?”

Y así siguen adelante defendiendo al Papa a diestra y siniestra, disculpando todo y haciendo esfuerzos para entenderlo “a la luz del Magisterio de siempre”…

  • julio 9, 2011 1:23 pm

    Áurea.

    Como se indica al principio de este post, la reproducción-cita textual que hacemos tiene como fin principal destacar que son los propios hebreos quienes afirman la ascendencia, el árbol genealógico, de Joseph Alois Ratzinger Tauber.

    Con estos se demuestra:

    1. Es verdadera; no fue inventada por Francisco y quienes lo respaldaron en esa publicación.
    2. Ratzinger Tauber sí tiene ascendencia rabínica por vía materna.
    3. Su ascendencia se puede seguir hasta el Maharal y más allá.
    4. Nadie, ni en el mundo hebreo ni en el no hebreo, ha negado la tal aseveración, contrariamente la han reproducido – aunque sí han manifestado preocupación de que se difunda- .
    5. Podemos, con certeza legítima y sin “juicios temerarios”, afirmar que sí existe esa ascendencia y sus consecuencias…

    Unidad en la Fe


Enrique permalink
julio 12, 2011 11:38 am

Creo que deberían leer este artículo (http://www.geocities.ws/catolicosalerta01/problema_judio/comentario.html) para aclarar algunas confusiones teológicas muy difundidas y que conllevan una incompresión de la “cuestión judía” en la que caemos muchos de los católicos. Espero sea útil.

  • julio 13, 2011 12:58 pm

    Es válida la aseveración de Andrés Morello.

    El problema no es en sí el Judío, sino el hebreo que dejó de ser judío, apostató, para convertirse al cabalismo anticristiano.

    Su fe a partir de entonces no busca a Dios, sino la ruina del Cristianismo.

    Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum


Nota personal (uncatolicoperplejo):

La fecha que figura en el artículo es su última resubida, de un 22 de septiembre de 2016. Esto se hace para visibilizar o recordar el artículo en relación a algún acontecimiento relacionado en esa fecha. Pero fue escrito antes. De ahí que la fecha de los comentarios sea anterior.

Un saludo. Cuídense mucho.