«… todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer Sábado (hicieren)… Yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas.»
Nuestra Señora a Sor Lucía de Fátima, 12 de diciembre de 1925.
Prólogo
La que había sido la principal vidente de Nuestra Señora en Fátima, Lucía Dos Santos, contaba en 1921 con 14 años de edad, cuando decidió ingresar en el Colegio de las Hermanas Doroteas en la localidad de Vilar, cerca de Oporto; en 1928, sintiendo deseos de consagrarse por entero a Dios, se une a las Hermanas como postulante y se traslada al Convento de esta Orden en Tuy, Pontevedra (Galicia), para más tarde ser trasladada al convento que tenían en la ciudad de Pontevedra, donde el 10 de Diciembre de 1925 se le volvería a aparecer la Virgen Santísima.
En esa nueva ocasión, Lucía narra que vio a la Madre de Dios sobre una nube de luz, con el Niño Jesús a su lado. La Virgen Nuestra Señora puso Su mano sobre el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía Su Corazón rodeado de espinas. El Niño le dijo entonces:
«Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas.»
Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía:
«Mira, hija mía, Mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer Sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los Misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas.»
(Nuestra Señora a Sor Lucía de Fátima, el 10 de diciembre de 1925)
El 15 de febrero de 1926, el Niño Jesús se apareció de nuevo a Lucía, preguntándole si había difundido la devoción a su Santísima Madre. Lucía le contó de las dificultades que partían de su confesor y de su superiora. El Señor respondió:
“Es verdad que tu Superiora sola no puede hacer nada; pero con mi gracia lo puede todo.”
Lucía le habló de la confesión para los primeros sábados y preguntó si valía hacerla en los ocho días. Jesús contestó:
“Sí; todavía con más tiempo, con tal que me reciban en estado de gracia y tengan intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María.”
En junio de 1929 la Virgen pidió en una aparición la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, prometiendo que de este modo se prevenía la difusión de sus errores y se adelantaba su conversión. Pero sólo el 20 de diciembre de 1940 Lucía recibió permiso para escribir al Santo Padre Pío XII pidiéndole esta consagración. (Mensaje de la Virgen de Fátima. Completo: Enlace).
1º – Nos confesamos
Disponemos de los ocho días precedentes al primer sábado de mes para confesarnos con un Sacerdote ordenado antes de 1968, ya que en este año el hebreo y masón Montini (Pablo VI), modificó el rito de Ordenación sacerdotal y es inválido. Todo sacerdote ordenado bajo este rito, todos desde 1968, NO son sacerdotes. Tal cual suena. Ésta es la situación. (Enlace 1), (enlace 2).
Si no disponemos de la posibilidad de confesarnos, rezamos la oración Señor Mío Jesucristo, que es una confesión provisional para cuando uno no pueda confesarse ante un Sacerdote; y con la intención de que cuando podamos hacerlo, nos confesemos. Dios mira la intención con la que obramos, ahí es donde mira, no en nuestros éxitos o fracasos.
Al rezar nos santiguamos al comenzar y al terminar.
Señor mío Jesucristo; Dios y Hombre verdadero; Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quién Eres, Bondad infinita; y porque te amo sobre todas las cosas; me pesa de todo corazón haberte ofendido; también me pesa que puedas castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
2º – La Oración que recitamos el primer sábado de cada mes, durante cinco meses seguidos.
(Leemos tranquilos y en silencio interior. Si la mente se nos distrae y la atención se nos va otros temas y lugares, tratar de centrarla en lo que estamos leyendo)
Nos santiguamos con la señal de la Cruz.
Reparación Sabatina en honor del
INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Oración
Inmaculado y Doloroso Corazón de María, mi Madre. reina y Señora de mi alma; os ofrezco como hijo vuestro, todas las prácticas de piedad que realica en este Primer Sábado que es (el primero, segundo, etc) con el fin de desagraviar Vuestro Purísimo Corazón por… (nombrar aquí el acto de desagravio que corresponda)
PRIMER SÁBADO: Las blasfemias contra Su Pura e Inmaculada Concepción.
SEGUNDO SÁBADO: Las blasfemias Contra Su Virginidad
TERCER SÁBADO: Las blasfemias contra Su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.
CUARTO SÁBADO: Los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indeferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.
QUINTO SÁBADO: Los que ultrajan directamente a Sus sagradas imágenes.
Oración
¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro santísimo Nombre y vuestras excelsas prerrogativas! Aquí tenéis postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro, que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados.
Deseo reparar con este acto de amor y rendimiento, que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto Nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia.
Aceptad, oh Corazón Inmaculado esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, oh Corazón amabilísimo, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.
Deprecaciones
I.- Os venero, amabilísimo Corazón de María, que ardéis continuamente en vivas llamas de amor divino; por él suplico, Madre mía amorosísima, abraséis mi tibio corazón en ese divino fuego en que estáis toda inflamada.
Dios te salve, María; llena de eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
II.- Os venero, Purísimo Corazón de María, de quien brota la hermosa azucena de virginal pureza. Por ella os pido, Madre mía inmaculada, purifiquéis mi impuro corazón, infundiendo en él la pureza y castidad.
Dios te salve, María; llena de eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
III.- Os venero, afligidísimo Corazón de María, traspasado con la espada de dolor por la pasión y muerte de vuestro querido Hijo Jesús, y por las ofensas que de continuo se hacen a su divina Majestad; dignaos, Madre mía dolorida, penetrar mi duro corazón con un vivo dolor de mis pecados y con el más amargo sentimiento de los ultrajes e injurias, que está recibiendo de los pecadores el divino Corazón de mi adorable Redentor.
Dios te salve, María; llena de eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Jaculatorias
¡Oh Corazón Inmaculado de María, compadeceos de nosotros!
¡Refugio de pecadores, rogad por nosotros!
¡Oh Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!
3º – Rezar la tercera parte del santo Rosario
Introducción aclaratoria
El santo Rosario es un conjunto de oraciones cuyo fin es meditar sobre Nuestro Señor Jesucristo; su vida, sus perfecciones, sobre quién es y qué ha hecho y hace por nuestra salvación. La camándula no es el Santo Rosario, sino que es un método, un instrumento con el que nos ayudamos a contar los Avemaría y no perdernos, como un ábaco portátil y de mano se tratase. Esta ayuda, en sí, no es el Santo Rosario. El Santo Rosario es un conjunto de oraciones cuyo objeto es meditar sobre Jesús, descubrirle, conocerle, amarle y agradecerle.
Enlace a cómo rezar el Santo Rosario Católico, el tradicional, el que la Virgen María dio a Santo Domingo en el siglo XIII. El de siempre. Son tres Misterios (Gozosos, Dolorosos y Gloriosos), y cada Misterio son diez decenas. La apóstata Iglesia Conciliar, surgida del apóstata Concilio Vaticano II (1962-1965), introduce un nuevo Misterio, Misterios Luminoisos. Huyan de esta «novedosa» versión o de cualquier otra manipulación.
De los tres Misterios sobre la vida de Jesús, tradicionalmente los sábados se suelen rezar los Misterios Gloriosos (Resurrección y Ascensión de Jesús; y Asunción y Coronación de María), aunque esto no es obligatorio. Se pueden rezar los Gozosos (Nacimiento de Jesús) o los Dolorosos (Pasión y Muerte de Jesús) este sábado. Lo que se hace es rezar un tercio cada día, rezar el Rosario, y seguir un orden. LUNES Nacimiento, MARTES Pasión y Muerte, MIÉRCOLES Resurreción, JUEVES Nacimiento, VIERNES Pasión y Muerte, SÁBADO Resurreción y DOMINGO Resurreción. No es obligatorio pero así se hace si se reza a diario. Un orden lógico.
Nota: Se tarda en rezar un tercio del Santo Rosario. Se puede dividir en varias partes. Rezar una parte ahora y continuarlo después si estás empezando y sientes que es mucho, o si no andas bien de tiempo.
Rezamos un tercio del Santo Rosario.
Los Misterios Gloriosos
(Si no sabemos las oraciones de memoria las leemos en silencio interior, tranquilos, sin distracciones. Si la mente se nos distrae y la atención se nos va otros temas y lugares, tratar de centrarla en lo que estamos leyendo)
(Nos santiguamos en la frente haciendo una cruz, tocando sus cuatro puntas. La punta de arriba (Por la señal de la Santa Cruz), la punta de abajo (de nuestros enemigos), la punta de nuestra izquierda (líbranos, Señor), la punta de nuestra derecha (Dios Nuestro.))
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.
(Nos santiguamos en el pecho haciendo una cruz, tocando sus cuatro puntas)
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
(Tres Ave María seguidas)
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
11 Misterio. La Triunfante Resurreción de Nuestro Señor Jesucristo.
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta decimoprimera decena en honor de tu Resurrección Gloriosa. Y te pedimos, por este misterio y por intercesión de tu Santísima Madre, el amor de Dios y el fervor en tu santo servicio. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
(Diez Ave María seguidas)
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego eterno del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén
Que las gracias del misterio de la Ascensión, desciendan a nuestras almas. R/. Amén.
12 Misterio. La Ascensión de Jesucristo a los cielos.
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta decimosegunda decena en honor de tu Ascensión triunfante. Y te pedimos, por este Misterio y por intercesión de tu Santísima Madre, deseo ardiente del cielo, nuestra Patria querida. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
(Diez Ave María seguidas)
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego eterno del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén
13 Misterio. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la Virgen María (Pentecostés).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta decimotercera decena en honor de la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia. Y te pedimos, por este misterio y por intercesión de Ella, tierna devoción para con tan buena Madre. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
(Diez Ave María seguidas)
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego eterno del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén
Que las gracias del misterio de la Venida del Espíritu Santo, desciendan a nuestras almas. R/. Amén.
14 Misterio. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta decimocuarta decena en honor de la gloriosa Asunción de tu Santísima Madre. Y te pedimos, por este misterio y por intercesión de tu Santísima Madre, deseo ardiente del cielo, nuestra Patria querida. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
(Diez Ave María seguidas)
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego eterno del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén
Que las gracias del misterio de la Asunción de María, desciendan a nuestras almas. R/. Amén.
15 Misterio. La Coronación de la Santísima Virgen como reina de cielos y tierra.
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta decimoquinta decena en honor de la Coronación de tu Santísima Madre en el cielo. Y te pedimos, por este misterio y por intercesión de Ella, la perseverancia en la gracia y la corona de la gloria. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
(Diez Ave María seguidas)
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego eterno del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén
Que las gracias del misterio de la Coronación de María, desciendan a nuestras almas. R/. Amén.
(Terminadas las cinco decenas, seguimos con las siguientes oraciones)
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
1. Dios te Salve María Santísima, poderosísima Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra fe para que la ilumines. Llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
2. Dios te Salve María Santísima, amantísima Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra esperanza para que la alientes. Llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
3. Dios te Salve María Santísima, castísima Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra caridad para que la inflames, Llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa Original.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
LETANÍAS LAURETANAS
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros,
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos, Cristo óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros.
Madre de Jesucristo, ruega por nosotros.
Madre de la divina gracia, ruega por nosotros.
Madre purísima, ruega por nosotros.
Madre castísima, ruega por nosotros.
Madre sin mancha, ruega por nosotros.
Madre incorrupta, ruega por nosotros.
Madre Inmaculada, ruega por nosotros.
Madre amable, ruega por nosotros.
Madre admirable, ruega por nosotros.
Madre del buen consejo, ruega por nosotros.
Madre del Creador, ruega por nosotros.
Madre del Salvador, ruega por nosotros.
Virgen prudentísima, ruega por nosotros.
Virgen digna de veneración, ruega por nosotros.
Virgen digna de alabanza, ruega por nosotros.
Virgen poderosa, ruega por nosotros.
Virgen clemente, ruega por nosotros.
Virgen fiel, ruega por nosotros.
Espejo de justicia, ruega por nosotros.
Trono de la sabiduría, ruega por nosotros.
Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros.
Vaso espiritual, ruega por nosotros.
Vaso de honor, ruega por nosotros.
Vaso de insigne devoción, ruega por nosotros.
Rosa mística, ruega por nosotros.
Torre de David, ruega por nosotros.
Torre de marfil, ruega por nosotros.
Casa de oro, ruega por nosotros.
Arca de la Alianza, ruega por nosotros.
Puerta del cielo, ruega por nosotros.
Estrella de la mañana, ruega por nosotros.
Salud de los enfermos, ruega por nosotros.
Refugio de los pecadores, ruega por nosotros.
Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
Reina de los ángeles, ruega por nosotros.
Reina de los patriarcas, ruega por nosotros.
Reina de los profetas, ruega por nosotros.
Reina de los apóstoles, ruega por nosotros.
Reina de los mártires, ruega por nosotros.
Reina de los confesores, ruega por nosotros.
Reina de las vírgenes, ruega por nosotros.
Reina de todos los santos, ruega por nosotros.
Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros.
Reina elevada al Cielo, ruega por nosotros.
Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros.
Reina de la paz, ruega por nosotros.
Reina de nuestra familia, ruega por nosotros
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Recurrimos a tu asistencia Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, Virgen Gloriosa y llena de bendición.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
(Fin de la oración del Santo Rosario. Hemos rezado un tercio del Santo Rosario que son cinco decenas o Misterios.)
3º – Recibir la Sagrada Comunión
Introducción aclaratoria
Aquí tenemos el mayor de los problemas, Mayor que para confesarnos. La Santa Misa, la que se ha oficiado por más de quince siglos y que conocemos como Misa Tridentina ya que fue codificada a perpetuidad en el Concilio de Trento (1545-1563) por el Papa Pío V, es decir, que no se puede cambiar ni una coma del Canon de la Misa ya que es intocable a perpetuidad. Dejo enlace a la Bula “Quo primum tempore” del Santo Padre Pío V.
Bueno, la situación realmente grave está en que en el Apóstata Concilio Vaticano II (1962-1965) se transgredió, manipuló, se hicieron cambios ilégítimos en el Canon de la Santa Misa dejándola ya ahí destruída. Esto sucedió en 1962 y a instancias del francmasón Angelo Roncalli (Papa Juan XXIII). la situación de la Iglesia es tan grave que desde 1958 no ha habido ningún Papa legítimo. Estamos sin Papa desde 1958. Y la Iglesia surgida del Concilio Vaticano II, denominada Iglesia Conciliar, no es Católica, sino una abominación luterana, es decir, protestante.
Desde 1962 donde ya era inválida la Santa Misa, al rito resultante le fueron modificando sucesivamente con contínuas alteraciones para llegar a un rito calcado al la misa luterana del protestantismo. Se llegó al denominado Novus Ordo Missae que terminaron en 1969, a instancias del hebreo y masón Montini (Papa Pablo VI), donde la dejaron como lo que es, un rito calcado al protestante calvinista.
Los demás Sacramentos también los han destrozado. (Enlace)
Resumen
la Misa que conocemos, en español, no sólamente no es válida sino que no es bueno asistir a ella de ninguna de las maneras. No es bueno estar presente en esa afrenta a Jesús. Es decir, participar con nuestra presencia.
La Misa que dicen «Tradicional», mal denominada ya que sólo hay una Misa, no hay varias; Tampoco es válida ya que se trata del Rito modificado de 1962.
Estoy diciendo que no hay ninguna Misa válida en toida España, quew se sepa, y más que posible en toda Europa. Esta es la situación.
Solución
Tener la intención, el deseo, de que si pudiéramos asistir a una Misa Tridentina, y que aunque no nos apeteciese, que sería bueno para nosotros y que ojalá la hubiésemos conocido. Insisto, la intención es lo que Dios mira.
Yo lo que hago es mirar dos vídeos (pueden ser más) de una Misa auténtica o relacionado con ella: y bueno, qué más puedo hacer. Creo que en los tiempos en los que nos encontramos, hacer lo que podamos, Dios padre, Jesús y María lo ven.
4º 15 Minutos haciendo compañía a María Santísima meditando en los Misterios del Rosario
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Estos son los Misterios del Santo Rosario, pasajes de la vida de Jersús. Recuerda que con Dios lo que cuenta es la intención. No vencer ni ganar ni conquistar ni conseguir; sino hacer con el buen deseo y la buena intención que podamos reunir lo que buenamente podamos. Esto es. No es otra cosa.
MISTERIOS GOZOSOS
1. La Encarnación del Hijo de Dios.
2. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
3. La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
4. La Presentación del Niño Jesús en el Templo y la Purificación de la Santísima Virgen.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Agonía de Nuestro Señor en el Huerto.
2. La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo.
3. La Coronación de espinas de Nuestro Señor Jesucristo.
4. Jesús con la Cruz a cuestas.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
MISTERIOS GLORIOSOS
1. La Triunfante Resurreción de Nuestro Señor Jesucristo.
2. La Ascensión de Jesucristo a los cielos.
3. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la Virgen María.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen como reina de cielos y tierra.
Glosario
Deprecación: Petición, ruego o súplica.
aculatoria: Oración breve y fervorosa.
Mi agradecimiento a sicutoves.blogspot.com.
Un saludo. Cuídense mucho.