Mayo 9, 2013 (forocatolico.wordpress.com).
San Malaquías, obispo de Armagh
El filolefebvriano Pedro Rizo, al igual que otros afines a la FSSPX tratan de adecuarse a los nuevos tiempos y la realidad cruda fomentando una reinterpretación de las famosas Profecías de los Papas atribuidas a San Malaquías, obispo de Armagh.
En el esfuerzo por desviar la sola sugerencia de que la sede papal está usurpada y que se acerca al límite el fin de los tiempos, Pedro Rizo se apresura y sentencia: “Ni final del mundo ni final de los tiempos… “.
Así lo reinterpretan Rizo y otros filolefebrvianos…
«San Malaquías escribe a continuación del último lema Gloria Olivae: In Prosecutione – y no persecutione – extrema S.R.E. sedebit. Es decir: A continuación, la Santa Iglesia Romana reinará suprema. Ni Pedro Romano, ni ciudad de las siete colinas, ni Juicio Final. Eso es una desafortunada interpretación de Chacón. Así que aún nos quedan siglos de historia por delante.»
La palabra “extrema” podría significar tanto última como intensa o de gran magnitud (referido a la persecución). Si pensamos en la hipótesis ajustada de Rizo y su fuente lefebvriana, ¿cómo podemos acomodar entonces la palabra CONTINUACIÓN?… ¿acaso se debería leer “en la última continuación” o “en la mayor continuación”?…
Simplemente o cuadra.
La interpretación reconocida por los eruditos no lefebvrianos, hasta el día de hoy, ha sido:
«IN PERSECUTIONE EXTREMA SACRAE ROMANAE ECCLESIAE, SEDEBIT PETRUS ROMANUS QUI PASCET OVES IN MULTIS TRIBULATIONIBUS; QUIBUS TRANSACTIS, CIVITAS SEPTICOLLIS DIRUETUR, ET JUDEX TREMENDUS JUDICABIT POPULUM.»
EN LA ÚLTIMA PERSECUCIÓN DE LA SANTA IGLESIA ROMANA TENDRÁ SU SEDE PEDRO ROMANO QUIEN HARÁ PACER SUS OVEJAS ENTRE MUCHAS TRIBULACIONES TRAS LAS CUALES, LA CIUDAD DE LAS SIETE COLINAS SERÁ DERRUIDA Y EL JUEZ TREMENDO JUZGARÁ AL PUEBLO.
Pero Rizo y su citado olvidan que todos los textos de la citada profecía dicen PERSECUSIÓN y no PROSECUSIÓN… como ellos quisieran que diga…
A la sombra de San Malaquías.
(Transcrito de Plano Pivcado y Contrapicado/ Pedro Rizo)
«En el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve (…) ya no tengo fuerzas para ejercer el ministerio de Pedro.» Benedicto XVI, Papa.
«Son horas oscuras, pero la Iglesia saldrá…» Cardenal Ángelo Sodano
Sin saber por qué, de repente nadie relaciona la elección de Francisco I con la lista de papas de San Malaquías (siglo XII). Una profecía que desde su descubrimiento en 1595 hasta hoy, se asoció con el Pontificado, cuyo último lema se correspondería con el ahora sucesor deBenedicto XVI. Este último un inusitado papa emérito, que al no ser depuesto por el designio de Dios sino por su personal decisión de echar a correr, pudiera trastocar la coincidencia deFrancisco I con respecto a la lista de San Malaquías.
Creo que las predicciones del santo irlandés se han malinterpretado al pretender que el último papa coincidirá con el fin del mundo. Acotemos a este temor lo chocante que resulta cuando vivimos en la realidad de que nuestro particular fin del mundo no se demorará mucho más de los 100 años vividos. Y que para ese inevitable final de jornada lo verdaderamente trágico será morir como extraños –“No os conozco” (Mt 25,1-13)- para el creador, sostenedor y ‘Padre Nuestro que está en los cielos’.
Hablemos, pues, de San Malaquías, Arzobispo de Armagh, Irlanda, del que gracias a San Bernardo conocemos bastante. Porque San Malaquías es un santo de la Iglesia católica que existió realmente (1094 – 1148). Su fiesta se celebra el día 3 de noviembre. Murió en el monasterio cisterciense de Claraval, de paso entre Irlanda y Roma, ciudad de la que volvía. En su último suspiro fue atendido por San Bernardo quien se honraba con su amistad por su ascetismo de antiguo ermitaño y fama de sabio.
Objeciones y respuestas
Una objeción es que, San Bernardo, al escribir su biografía no mencionó la hoy famosa lista de los lemas pontificios, olvido imposible que para la extraña ciencia de algunos probaría su ficción. Nadie señala que en aquellos años era un documento privado; aparte de que, si bien es verdad que San Bernardo escribió su biografía, también lo es que murió sin terminarla.
Las profecías de San Malaquías no se publicaron hasta el año 1595. Desde su muerte hasta dicho año hay un lapso de tiempo demasiado grande, cuatro siglos y medio; lo que para muchos avala la hipótesis de una falsa autoría. Mas, si adoptamos la instrucción de un fiel corresponsal (*) de este servidor y atrevido blogger, podremos ver que
«cuando volvió a aparecer a la luz, en el Lignum vitae, de Arnoldo de Wion, fue malinterpretada por su primer comentador, el dominico español Alfonso Chacón, que creyó que el último de los lemas implicaba el fin de Roma y del mundo, por lo que añadió las palabras (desde) “Petrus Romanus…” hasta “…finis”. Una vez marcada por esa espuria connotación apocalíptica, el documento que en la mente de sus editores estaba destinado a permanecer en la confidencialidad (…) empezó a ser utilizado por los protestantes para predecir como próximo el (deseado) fin de los papas.»
Lo que explica que aquellos católicos del S. XVI la ocultaran o incluso desvirtuaran sus lemas.
Ni final del mundo ni final de los tiempos.
Esto del fin del papado es hoy cosa muy predicada por ciertas fuerzas de la Iglesia tenidas por contestatarias -las llamadas “progresistas” siguiendo la nomenclatura de las logias-, al menos desde el CV2º. Entre ellas se cuenta la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, conocida creación “de frontera” de los jesuitas arrupianos, aparte de otros destacados nombres como el sacerdote Hans Küng, durante algún tiempo enemigo declarado del papa dimisionario.
No es baladí la presencia de esta asociación, y tantas otras similares que se han multiplicado geométricamente; son públicas, oficiales presencias de un poder revolucionario actuante en todos los eslabones de la jerarquía, en una estrategia de Nueva Evangelización. (No vemos se tome por ‘renovado impulso de misión’.) De modo que poco a poco, con la paciencia que merece la magnitud del objetivo, se nos va insinuando una Iglesia colegial, democrática, acéfala, plebeyizada por una ilusoria autoridad del pueblo y no con la que procede de Jesucristo. Una Iglesia cuya doctrina no nacerá ya del dogma sino que se guisará en la cambiante adaptabilidad al mundo. Gigantesca comunidad de base que aglutine todo Asís imaginable – ¡Oh, Francisco! – y, consecuentemente, todo credo y todo dios neutralizándose entre sí.
Antes de discutir si el sentido de la profecía de los papas es anunciarnos el fin del mundo o, quizás, de los tiempos, deberíamos pensar, digo, en que si relacionamos a San Malaquías con el final de los tiempos, o del mundo, en osadía paranoica estaremos corrigiendo a Nuestro Señor Jesucristo que nos aseguró que «…en lo que toca a aquel día y aquella hora nadie lo sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solamente el Padre.» (Mt 24, 36)
Lo cual no se opone a que del río de la historia, que contemplamos pasar, sea cierto lo que mi corresponsal me dice: Que en su tiempo San Malaquías nos anunciaba
«el triunfo de la Iglesia Romana, después de siglos en que los Papas (y los fieles católicos) vieron cómo una inmensa conspiración, empezada en tiempos de Inocencio II, en pleno siglo XII, cuando los talmudistas y los cátaros pusieron en muy serio peligro a la Sede Romana, sentando un antipapa marrano en san Pedro, haciendo que por muy largos períodos de tiempo los Papas ni siquiera pudieran residir en la propia Roma (…) cómo esa misma multiforme conspiración seguía progresando siglo tras siglo hasta conocer su paroxismo en el Siglo XX, en que ha ido de triunfo en triunfo (…)»
Por tanto, parece que respecto a la Lista de los Papas deberíamos, antes que considerar un fin de los tiempos, y/o del mundo, esperar mejor un cambio drástico en la constitución y gobierno de la Iglesia actual. Esto es, dar fin a la anarquía del posconcilo cuya hermenéutica de continuidad se ha demostrado incompatible con la historia de la Iglesia católica. (Mt 24, 35)
Vuelve a hablar mi erudito corresponsal:
«La serie de lemas quiere indicarnos hasta cuando durarían aquellos azarosos tiempos de la Santa Iglesia de Roma. Y para ello San Malaquías escribe a continuación del último lema Gloria Olivae: In Prosecutione – y no persecutione – extrema S.R.E. sedebit. Es decir: A continuación, la Santa Iglesia Romana reinará suprema. Ni Pedro Romano, ni ciudad de las siete colinas, ni Juicio Final. Eso es una desafortunada interpretación de Chacón. Así que aún nos quedan siglos de historia por delante.»
Es todo. (¿Es todo…?)
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(*) George de Burgos.
Tapiz del Valle de los Caídos donde aparece un pontífice que se aleja de la Iglesia y sigue a la Bestia que es combatida por los profetas Elías y Enoc en los últimos tiempos.
El tiempo del fin (Apocalipsis 12:1-13)
12:1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.
12:2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
12:3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
12:10 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.
12:11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.
12:12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.
12:13 Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.
Artículo extraído desde forocatolico.wordpress.com.
Un saludo. Cuídense mucho.