Traigo esta transcripción del post #244 de la página 17 del hilo de burbuja.info, ‘Los Protocolos de Toronto (de 1967 y 1985) de la alta masonería. Filtrados y publicados por Serge Monast, que creo que podría ser de ineterés.
«Del hilo Simbología V.
¿Dónde está el bicho este? ¿En una logia, en un cuarto oscuro de algún grupo secreto o discreto, en un castillo de la nobleza negra?
«No. Es la taracea del coro de la basílica de Santa María la Mayor de Roma, una de las cinco basílicas de la denominada pentarquía, formada por San Juán de Letrán, San Lorenzo Extramuros, San Pedro y San Pablo Extramuros. Taracea es una técnica para hacer grabados en madera.»
La respuesta es de uno de los buscadores de la verdad, no es mía.
Se trata de una taracea en el coro de la Basílica de Santa María la Mayor, en Bérgamo, Italia. Y sí, hace referencia al diablo y nada de raro hay en ello. El ángel caído es representado en muchas Iglesias de forma limpia y sensata. Es decir, de forma didáctica. Por ejemplo, derrotado bajo los pies de San Miguel Arcángel en la Basílica de San Miguel en Madrid (imagen, imagen, enlace), Otro ejemplo, el cuado de San Miguel pisando al diablo en el Real Oratorio de Caballero de Gracia de Madrid (imagen, enlace). Y en cada Iglesia donde esté la Virgen María pisando (venciendo) a la serpiente. O un Santo luchando contra el mismo enemigo. San Jorge por ejemplo, en su caballo blanco que es el Espíritu Santo, luchando contra el dragón que es la vieja serpiente. Y nada de raro hay en esa taracea del siglo XVI de la Basílica de Santa María la Mayor, en Bérgamo.
La Basílica es del siglo XII y el coro se hizo en el siglo XVI
«Además, entre nosotros y vosotros hay un gran abismo (magnum chaos),
de manera que los que quieran atravesar de aquí a vosotros no pueden,
ni tampoco pasar de ahí a nosotros.» – Lucas 16, 26.
MAGNUM CHAOS
En el diccionario de la RAE nos cuentan que Caos es «del lat. chaos, y este del gr. χάος cháos; propiamente ‘abertura’, ‘agujero’.« Lo curioso es que en las Sagradas Escrituras, como hemos visto en (Lucas 16, 26), el término caos también es sinónimo de abismo.
- RAE: «1. m. Estado amorfo e indefinido que se supone anterior a la ordenación del cosmos.»
y tinieblas cubrían la faz del abismo, mas el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas
(sobre la Mátrix, que salimos de ésta cuando despertamos espiritualmente).» – Génesis 1, 1-2.
-
RAE: «2. m. Confusión, desorden.»
Es curioso también los términos ‘confusión’ y ‘desorden’, porque caos en sentido espiritual es no estar en orden a Dios, es decir, en ordenación en nuestro camino al cielo.
‘Gran caos o abismo’ es la Mátrix en sí; el Espíritu del Mundo, el mar o las muchas aguas en la Biblia; y cuyo principal inspirador (principal de príncipe) es Lucifer. Quiero decir, caos es cuando despertamos espiritualmente y pasamos de estar dentro de la mar a estar sobre tierra (desierto si no la regamos; y huerto o jardín si ponemos en práctica las Sagradas Escrituras. Esto es, si nos decantamos por ser Cristianos donde recibimos agua en términos espirituales. Es decir, gracia o Espíritu Santo). En estado de caos el espíritu del mundo (el espíritu del diablo) se vuelve peligroso para nosotros, ya que en este nuevo estado interior es donde empezamos a ser atacados espiritualmente. Y si no nos ordenamos a Dios, si no nos decantamos por ser Cristianos, el ángel caído como si de un león o tiburón se tratase, nos embiste hasta terminar forzándonos a un rapto. Y todo esto es peligroso.
El rapto espiritual (la espiral)
Termino con una curiosidad pero antes recapitulemos. El ojo con pies y manos es el mismo Lucifer y el sol es su fuego, es decir, su espíritu o «energía álmica», su potente mente que siente como el fuego y entiende con gran potencia. Y el mar alrededor del sol es el Magnum Chaos, la Mátrix que es nuestra ceguera provocada por el ángel caído y que al salir de ella, al despertar, se vuelve peligrosa para nosotros si no nos decantamos por Dios. La curiosidad que quisiera resaltar son los círculos concéntricos, uno dentro de otro, formando un tubo o túnel que se aleja, o espiral, dentro de ese sol. Porque el símbolo de la espiral, siempre hacia abajo, es el rapto a que somete Satanás a los que se lleva consigo a los ‘estados alterados de gnosis‘. Es decir, el rapto es entrar por esa espiral forzados, y que es una caída a las profundidades de su mente. Porque así caen los hombres, como hicieron los ángeles caídos antes que ellos. Todos de la mano de Lucifer. Unos libremente y otros forzados al no hacerse de Dios.
«A vosotros, los demás que estáis en Tiatira, que no seguís esa doctrina (gnosis)
y que no habéis conocido las profundidades, como dicen ellos, de Satanás:
no echaré sobre vosotros otra carga.» – Apocalipsis 2, 24.