La Iglesia empezó a sufrir infiltración severa a finales del XIX, en forma de una nueva corriente de opinión interna minoritaria e incompatible con la Doctrina de la Iglesia. Se trataba de un grupo de gente coordinada a la que se le llamó modernistas, porque dicho paquete de ideas provenían de la cultura progre de la época.
Modernismo
Según la Enciclopedia Salvat
«Modernismo: Afición excesiva a las tendencias, modas y gustos modernos, especialmente en las artes y literatura.
En el arte. Estilo en boga hacia el 1900, que fue más allá del dominio del arte para impregnar toda una sociedad vanguardista que leía a Nietszsche (nota: el filósofo de la masonería), escuchaba a Wagner y volvía sus ojos al naturalismo (nota: cientifismo, Dios y lo espiritual no existe. El naturalismo es una especie de marxismo filosófico científico de masones para el pueblo, tratando de dar respuestas sustitutorias a las cuestiones religiosas. El naturalismo es una neo-religión de diseño, científica, ofical y políticamente correcta gestionada por el Gobierno, y que busca sustituír al Cristianismo en la mente de las gentes).»
Es decir. El movimiento modernisa era la cultura progre de entonces, a través de sus propias revistas, radios y movimientos artísticos y literarios. Tratar de separarse y dejar atrás en un continuo progresismo los usos y costumbres tradicionales, en busca de sensaciones nuevas. Dejar atrás «lo viejo» a través de modas, modas y más modas.
Modernistas dentro de la Iglesia
El modernismo fue precursor de lo que hoy conocemos como cultura progre o marxismo cultural. Un movimiento estético, sensitivo, edonista, y enfocado al ocio, descendiente de la masónica Ilustración, donde Dios no es objeto directo de la ciencia y de la historia, sino sólo de la fe y el sentimiento. Es decir, Dios no existe, no es ciencia, sino que sólo es una fabricación sentimental íntima.
Los lobos modernistas que se infiltraban en la Iglesia (los progres/Bergoglios de entonces) sostenían que la tradición litúrgica y teológica de la Iglesia debía adaptarse al ritmo del progreso cultural de la época. Es decir, estos astutos trataban de introducir la idea de que era la Iglesia la que debía de adaptarse al mundo, un mundo cuyo príncipe es el diablo.
El movimiento modernista que se empezaba a ver también dentro de la Iglesia, y que lamentablemente iba creciendo, fue categóricamente rechazado en la Carta Encíclica del Papa Pío IX, Syllabus (1864), y en las Cartas Encíclicas de Pío X, Lamentabili sane exitu (1907) y Pascendi dominici gregis (1907). De hecho el Papa San Pío X redactó el Juramento Antimodernista (1910), que posteriormente el Papa Benedicto XV declaró obligatorio en 1918 para los sacerdotes. Tras la muerte del último Papa legítimo, el Papa Pío XII en 1958, y cayendo la Iglesia en manos de sus enemigos, el anti-Papa Pablo VI (el judío y masón Batista Montini) suprimió el Juramento Antimodernista de Pío X, y destruyó la Iglesia en el Concilio Vaticano II (1962-1965).
Dejo acontinuación unas citas de época sobre la situación de infiltración modernista en la Iglesia de aquellos años. Y les recuerdo que la masonería ya estaba muy fuerte y consolidada a finales del siglo XVIII. La Revolución Francesa ya fue una gran obra de fuerza, coordinación e ingeniería social, y desde ahí esta porción de la sociedad ha venido siendo como un ariete dentro de los Estados hasta el día hoy.
Citas de época
“Nadie ignora el prodigioso número de hombres que se han aliado en estos tiempos contra el Señor y contra su Cristo, poniendo por obra todos los esfuerzos para engañar a los fieles con las sutilezas de una vana y falsa filosofía, y para arrancarlos del seno de la Iglesia con la loca esperanza de arruinar y derrocar a la misma Iglesia”,
– Papa Pío VII. Bula Ecclesiam a Jesu Christo, 13 de Sep. de 1821.
“La obediencia debida a los Obispos está violada y pisoteados sus derechos. “Las academias resuenan horriblemente con opiniones nuevas y monstruosas, que ya no minan la fe en secreto y con rodeos, sino que le hacen una guerra pública y criminal. La corrupción de la juventud por medio de las máximas y ejemplos de sus maestros ha causado el desastre de la Religión y la horrible perversidad de las costumbres ; y habiéndose sacudido el freno de la Religión, por la cual subsisten tan solo los reinos, y de la cual dimana su fuerza y su sanción, vemos la ruina del orden público, la caída de los tronos, y el trastorno de todas las potencias legítimas”,
– Papa gregorio XVI. Encíclica Mirari vos, 1832.
«En espacio de siglo y medio la secta de los Masones ha logrado unos aumentos mucho mayores de cuanto podía esperarse, e infiltrándose con tanta audacia como dolo en todas las clases sociales ha llegado a tener tanto poder que parece haberse hecho casi dueña de los Estados.”
– Papa León XIII. Encíclica Humanun genus, del 20 de abril de 1884.
“Los sectarios masones buscan por promesas seducir al clero inferior. ¿Con qué fin? … Lo que ellos quieren es ganar dulcemente a su causa a los ministros de las cosas sagradas, y después, una vez atrapados en las ideas nuevas, hacer revueltas contra la autoridad legítima”.
– Papa León XIII. Encíclica Inimica Vis, del 8 de diciembre de 1892.
El modernismo es la “síntesis de todas las herejías.” Papa San Pío X en 1907 (Encíclica Pascendi, n. 39). (Copia).
El mismo Papa denunció a los modernistas como “el más pernicioso de todos los adversarios de la Iglesia” y señaló que, “sin tener en cuenta la disposición interna del alma, de la cual solo Dios es el juez”, se manifiestan por”sus principios, su forma de hablar y su acción.” (Encíclica Pascendi, n. 3). (Copia).
“En los años veinte, la conjuración había tomado proporciones alarmantes, pues no solamente el bajo clero y la juventud, sino también una parte notable del alto clero militaban ya bajo la bandera de la revolución. Luego del consistorio secreto del 23 de mayo de 1923, Pío XI interroga a una treintena de cardenales de la curia sobre la oportunidad de convocar un concilio ecuménico. El cardenal Boggiani estima que una parte considerable del clero y de los obispos estaba imbuida de las ideas modernistas. “Esta mentalidad puede inclinar a ciertos Padres a presentar mociones, a introducir métodos incompatibles con las tradiciones católicas”. El cardenal Billot era todavía más franco. Expresa su temor de ver el concilio manipulado por «los peores enemigos de la Iglesia; los modernistas«, que se aprestan ya, como indicios ciertos lo muestran, a hacer la revolución en la Iglesia, un nuevo 1789.”
(in: Mons. Marcel Lefebvre: Le destronaron. Del liberalismo a la apostasía. La tragedia conciliar, Ed. San Pío X, Bs. As. 1987, p. 159/160).”
Hay una expresión popular que dice que la cara es el espejo del alma. Les dejo con la expresión de pesar y preocupación de un Papa verdadero, el Papa San Pío X (de 1903 a 1914).
Los modernistas infiltrados en la Iglesia pasaron a ser llamados conciliares en la década de 1960, porque fueron los responsables y los que apoyaron, y siguen apoyando hoy, el nefasto y apóstata Concilio Vaticano II (1962-1965) donde «modernizaron» los Sacramentos de la Iglesia. Es decir, sus ritos como el de la Sagrada Misa instaurada por el mismo Cristo, desacralizádolos, destruyéndolos y dejando sin efecto el poder místico y espiritual de estos.
Estos modernistas/conciliares son los progres globalistas de la masonería. Los mismos que podemos ver en los medios de comunicación o en el templo de los Diputados o Congreso de los baales.
El Espejo del Alma
¿Ven la diferencia entre un verdadero Papa y un embaucador?
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Las siguientes ilustraciones están sacadas del Duncans Masonic Ritual And Monitor – M.C. Duncan, que es un libro de ellos, de esta gente. Y ya aprobecho y enlazo al libro recopilatorio sobre mudras y signos gestuales masónicos ‘Codex Magica’ (2005), de Texe Marrs.
Sobre el Mudra Hakini y el Signo de Fidelidad masónica
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Signo de Voor o Cornutto
